El rey emérito Juan Carlos I no ha ido más allá de saludos de cortesía desde su llegada a España el jueves, no ha dado explicaciones y su presencia lejos de unir está generando gran controversia. Tras navegar a bordo del Bribón este sábado, por la tarde ha acudido a un partido de balonmano de su nieto Pablo Urdangarin, en Pontevedra. Es su tercer día en España y ante la imposibilidad de regatear esta tarde por la falta de viento ha cambiado su agenda para acudir al partido de balonmano del hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón. Abuelo y nieto se han fundido en un emotivo abrazo y se han dirigido unas palabras de cariño.