A partir del 1 de enero de 2025, los Estados miembros de la Unión Europea no podrán subvencionar las calderas de combustibles fósiles, como las máquinas de gas natural por condensación, según la nueva directiva de eficiencia energética en edificios, a la que ha dado luz verde este viernes el Consejo de la Unión Europea, que representa a los 27 estados del continente. Sí se podrá incentivar el cambio para sistemas de calefacción que utilicen una "cuota significativa de renovables", como aquellos que utilizan caldera con una bomba de calor o una instalación solar térmica.

El objetivo de la medida es reducir gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración de los hogares con el objetivo de eliminar por completo las calderas de combustibles fósiles en 2040. Esto no implica la prohibición de la instalación de calderas de gas como tal, sino que estas tecnologías se podrán instalar "cuando estén preparadas para usarse con gases renovables, como pueden ser el biometano o el hidrógeno renovable", según defiende la patronal española del sector, Sedigas.