La captura de las palomas es relativamente sencilla. Se instalan jaulas de grandes dimensiones, se coloca comida y agua como cebo y cuando se confían y entran en grupo a alimentarse se cierran sus puertas. Y ya está. Atrapadas.

El Ayuntamiento de Zaragoza va a intensificar su captura después de que la población haya aumentado de forma considerable en los últimos años, hasta las 12.600, según el censo municipal. El consistorio destinará 113.480 euros a un programa de control de su población con el ánimo de reducir su número, aunque no se ha decidido cuál sería el óptimo para una ciudad como Zaragoza. Lo recomendado es que haya 50 palomas por kilómetro cuadrado.

El veterinario del Instituto de Salud Pública del consistorio, Emilio Martínez, explica que cuando reciben una denuncia acuden al lugar, lo inspeccionan y valoran si es necesario actuar. «Las quejas no suelen ser objetivas y podemos tener una población de 3.000 palomas y recibir muchas quejas o una de 8.000 y no recibir apenas», admite.

Inspección

Por eso, inspeccionan los puntos en los que se detecta más presencia de palomas bravías y donde se colocan las jaulas. Actualmente hay 13 instaladas en edificios públicos, de grandes dimensiones, con capacidad para una veintena de aves aunque, según el veterinario, nunca dejan que accedan tantas.

«Ponemos comida y agua y dejamos que durante dos o tres días entren y salgan libremente hasta que cogen confianza y es entonces cuando cerramos la puerta». «Suele haber unas ocho o diez porque las revisamos con frecuencia y así tienen más espacio. Lo hacemos pensando en el bienestar animal», comenta Martínez, que asegura que la normativa del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) es muy exigente y los controles muy frecuentes.

Las aves capturadas se trasladan a centrales aviares, que varían de una ciudad a otra ya que se hace dependiendo de la demanda. Muchas de ellas se sacrifican mediante eutanasia, normalmente las que manifiestan tener alguna lesión o patología, matiza el veterinario.

«Hay que tener en cuenta que en las jaulas pueden entrar otras aves, algunas protegidas, por lo que se realiza un control exhaustivo y se exige una gestión ética de las mismas», añade.

Actualmente hay jaulas por la zona de la Expo, en el puente de Piedra, en el edificio Seminario, el Museo del Fuego o la avenida Madrid

Más grandes y más sucias

Las palomas bravías comparten espacio aéreo con las torcaces, más grandes y bastante más molestas ya que sus excrementos son de mayor tamaño. Son aves migratorias que aumentan su presencia en primaveras porque utilizan a Zaragoza como ciudad de paso.

Por este motivo es más complicado realizar un censo sobre su población. Se han localizado alrededor de 3.000 nidos, sobre todo en falsas acacias y el pinos piñoneros y carrascos.

Sus dimensiones impiden que se puedan capturar, por lo que la contrata de parques, con la ayuda de la Unidad Verde, realiza podas selectivas de aquellas zonas arboladas en las que suelen anidar.

A finales de este año se realizará un nuevo estudio para tratar de averiguar la población de torcaces que visitan la ciudad y actualizar el número de nidos que tienen localizados.

Salud Pública hará un estudio de las heces para detectar bacterias

  1. El Instituto Municipal de Salud Pública del Ayuntamiento de Zaragoza está realizando un estudio microbiológico de heces de palomas capturadas en 10 puntos distintos de la ciudad con la finalidad de detectar la presencia de posibles bacterias o elementos que pudieran ser vectores de transmisión de enfermedades.
  2. El veterinario de Salud Pública, Emilio Martínez, explicó que en Zaragoza se ha descartado la opción de utilizar piensos esterilizantes, como hacen en Barcelona, porque requieren de un control veterinario exhaustivo, se desconoce la repercusión que puede tener en el medio ambiente y porque no se puede controlar qué ave puede acabar comiéndose ese pienso.
  3. En Zaragoza actualmente hay una población de unas 12.600 palomas bravías. Otras ciudades, como Barcelona, tienen el mismo problema. En su caso, el censo asciende hasta las 85.000, a las que se suma el millar de gaviotas que se estima que sobrevuelan la ciudad. En cuanto a las cotorras argentinas, la ciudad condal calcula que actualmente hay una población de 10.000, el doble que en 2015. En Zaragoza se desconoce el número que pueda haber aunque sí que se ha realizado un cálculo de los nidos, que alcanzan los 3.000.