El Periódico de Aragón

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Movilidad Urbana

La huelga del bus vuelve con paros más largos y enrevesados en Zaragoza

El servicio se verá afectado 3 horas al día en tres turnos de 60 minutos | La plantilla retoma la protesta tan solo dos meses después de aprobar su suspensión

Usuarios esperando en la parada de bus de plaza España durante una jornada de huelga. ANDREEA VORNICU

No es una broma. Los trabajadores del autobús urbano de Zaragoza vuelven a estar en huelga desde este lunes. Solo dos meses después de que suspendieran (11 de febrero) unos paros que se prolongaron durante todo un año, el servicio volverá a sufrir retrasos y alteraciones durante tres horas al día, en intervalos de 60 minutos por la mañana, el mediodía y por la tarde. Cada día a una hora distinta y siempre coincidiendo con las horas punta.

Estos paros son una prueba de fuego. Un voto de confianza de los conductores al nuevo comité de empresa, con Sattra como el principal sindicato tras arrebatarle al CUT la presidencia hace apenas un mes. Porque el nuevo equipo negociador tomó posesión de su cargo en marzo, después de unas elecciones sindicales convocadas in extremis fruto de un revés judicial que invalidó el comité.

Unos representantes que acordaron un calendario con la dirección de la empresa, Avanza, para retomar la negociación del convenio colectivo que motivó la huelga anterior y que hoy reanudan. Se habían acordado cinco reuniones que no llegaron a celebrarse porque después del cuarto encuentro, el comité decidió convocar una nueva temporada de huelga.

Los motivos son los mismos que se esgrimieron el 20 de febrero de 2021: el convenio colectivo. Piden mejoras salariales, nuevos pluses, adecuar sus sueldos al IPC (ahora disparado), recuperar la antigüedad, más días de vacaciones,...

Exigencias que desde Avanza dicen que son «inasumibles». El gerente de la empresa, Guillermo Ríos, asegura que los empleados piden una subida salarial por encima de «20 puntos» en los próximos cuatro años con incrementos fijos anuales, pluses, antigüedad y la revisión del IPC. Supondría un incremento del coste de la masa salarial de «10 millones» que, insiste, no puede asumir la compañía.

Ríos recuerda la situación de crisis económica que azota al país, agravada por la invasión rusa, que ha disparado los costes en general y, especialmente, el precio de la luz y del combustible. «La huelga es el peor escenario para todos. Es mala para la empresa y sus ingresos, para los trabajadores y también para los usuarios», resume el gerente, que recalca que se había logrado recuperar a buena parte de los viajeros.

15 millones de usuarios más que en 2020

  • El transporte público de Zaragoza experimentó durante 2021 un incremento en número de viajeros de un 21,8 % respecto a 2020. Son 15.313.000 usuarios más que hace un año, aunque la cifra sigue muy lejos de 2019. El año pasado se transportó a 85.424.574 personas, un 31% menos que antes de la pandemia, cuando se alcanzó la cifra récord de 123 millones.
  • El autobús urbano registró el pasado año 65.578.815 viajes, frente a los 94.164.615 de 2019 y los 54.368.236 de 2020. 
  • El tranvía fue utilizado por 19.845.759 usuarios, mientras que en 2019 lo hicieron 28.874.078 en 2019 y 15.743.237 en 2020. 
  • Este descenso supone un déficit económico en el servicio de movilidad que ronda los 17,5 millones de euros. 


«La demanda está entre un 15% y un 16% por debajo de la habitual», matiza Ríos, que insiste en la importancia de haber conseguido que los zaragozanos hayan recuperado la confianza de viajar en el transporte colectivo. «Ahora volvemos a castigarles con la huelga, es un grave error», reitera, muy crítico, «con la estrategia» del comité.

Pero los conductores dicen estar cansados de asistir a reuniones en las que no se logran avances significativos. Es lo que sucedió con los últimos paros. El entonces presidente del comité, Javier Anadón (CUT), admitió en EL PERIÓDICO que no se habían conseguido los objetivos.

Los nuevos negociadores aseguran que la propuesta de la empresa es «inaceptable» porque «está muy lejos de ser seria». Es una «ofensa», resumen desde el comité que, asegura, lo que buscan es mejorar las condiciones laborales de sus trabajos.

Avanza dejó de ingresar más de un millón de euros durante la última huelga, que coincidió con la del tranvía durante meses (en su caso sí que llegaron a acuerdo) y tuvo un impacto de más de 21.000 horas en el servicio.

Los paros se realizaban en semanas alternas para afectar lo menos posibles a los bolsillos de sus conductores. La convocatoria actual no tiene nada que ver y los paros se harán de lunes a viernes y en horarios distintos en horarios distintos para que no siempre afecten a los mismos usuarios, explican los conductores. Un tanto enrevesados y siempre coincidiendo con las horas punta.

El equipo de Gobierno de PP-Cs ha decretado unos servicios mínimos entre el 47% y el 70%, en función de si se trate de días no lectivos o lectivos, respectivamente.

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