Se acabo la Navidad, que será todo lo entrañable, familiar y amorosa que ustedes quieran, pero llega un momento que empalaga. Eso sí, hay dos fenómenos que han sobrevivido a las felices pascuas: las rebajas que ayer abrieron brecha sin respetar que el día era festivo y el conflicto de TUZSA, por el que no pasan los días ni los meses... ni los años. ¿Y cómo puede ser que Zaragoza, una ciudad tan grandota y tan inmortal, sea incapaz de poner orden y concierto en su único medio de transporte público colectivo? Será que aquí estamos siempre de rebajas, ¿o qué?