Desde que se volvió a cobrar por utilizar el Buhobús, el 2 de enero de este año, el servicio de transporte nocturno ha registrado una pérdida de viajeros que ronda el 30% con respecto al 2010. En los ocho primeros meses de este año se han registrado 138.000 usuarios, 57.000 menos que en el mismo periodo del año pasado (en el 2010 hubo 195.000), cuando para todos era gratuito.

Sin embargo, esta comparativa no solo se explica con el hecho de volver a cobrar por este autobús nocturno que conecta el centro de la ciudad con distintos barrios más alejados. Hay otro condicionante que, como en el transporte diurno, también ha influido en el uso que se le da: la crisis económica. Ahora, como no hay tanto dinero para gastar, también sale menos gente por las noches. Es una percepción evidente en la ciudad, que se puede comprobar cada fin de semana.

Sin embargo, también ha influido el hecho de volver a cobrar por este transporte a los ciudadanos. Aunque solo cueste un euro, algunos usuarios que antes cogían este autobús para regresar a casa después de salir por la noche, ahora prefieren coger su coche particular.

Aunque es difícil cuantificar en qué proporción han influido estos dos aspectos, lo cierto es que convergen en esta disminución del uso que se le da a un servicio que, por otra parte, ha seguido manteniendo la misma oferta que el año pasado.