Manuel necesita catorce píldoras para tratar sus problemas de corazón, riñón o próstata. Hasta ahora sellaban parte de sus recetas en el Instituto Aragonés de la Seguridad Social (IASS), pero desconoce cómo le afectará el nuevo modelo. "No he hecho la cuenta todavía. Tengo que hablar con la farmacéutica para ver qué me dice y cuánto deberé abonar ahora", dice Manuel. Su pensión (1.100) y la de su mujer (500 euros) le permiten respirar.