Las enfermeras reclaman 1.500 plazas más en los hospitales de Aragón

El éxodo de enfermeras que se está dando en España también afecta a Aragón pero, además, en la comunidad se está dando otro problema: el traslado de este personal sanitario a otras comunidades con mejores condiciones económicas y laborales. En Aragón, las bolsas están vacías y hay problemas para encontrar profesionales que prefieren cruzar la frontera.

En la actualidad, hay 7.000 trabajadoras colegiadas, pero durante 2023 más de 220 personas pidieron el traslado a otras comunidades autónomas, 26 lo demandaron para trabajar fuera de España y se contabilizaron un total de 163 jubilaciones. Son unos datos que levantan las alarmas entre las enfermeras del territorio y así lo aseguran desde los tres Colegios de Enfermería (en Zaragoza, Huesca y Teruel), desde donde señalan que para mejorar las condiciones de las trabajadoras es necesario «que se amplíen las plazas orgánicas a 1.500 más en los hospitales».

Si se tiene en cuenta que el año pasado hubo aproximadamente 260 egresados (160 de la Universidad de Zaragoza y 100 de la Universidad San Jorge) y que cerca de 200 enfermeras llegaron de otras comunidades a Aragón, los datos son positivos. A pesar de todo, la situación es difícil. «Aún así, seguimos teniendo muchas complicaciones cuando llegan los periodos vacacionales y el ratio de pacientes por enfermera sigue siendo muy elevado», asegura a este diario la presidenta del Colegio de Enfermeros de Huesca, Carme Tosat.

En algunos hospitales de la provincia oscense, las trabajadoras atienden a más pacientes de lo que recomienza la Organización Mundial de la Salud (OMS), que fija 2 o 3 médicos por cada mil habitantes y 3 enfermeras por facultativo. De hecho, según ha podido saber este diario, en el hospital de Barbastro hay trabajadoras atendiendo a 16 enfermos durante los turnos de fin de semana. «La situación está fatal en la plantilla, necesitamos más personal y las bolsas están vacías», alerta Tosat. Una coyuntura sanitaria que «los egresados alivian poco porque para trabajar sin estrés y dándole una buena atención a los pacientes necesitamos, por lo menos, ampliar las plazas ofertadas a más de mil», añade la presidenta del Colegio de Enfermería de Huesca.

Problemas en vacaciones

En porcentaje, la pérdida de plantilla en Aragón que se va al extranjero y a otras comunidades solo supone un 1% y un 2,7%, respectivamente. A pesar de ello, señala la vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, Inmaculada Marco, «todo suma». Coincide con Tosat en cuanto a la problemática de determinados periodos vacacionales. «Son momentos en los que no hay casi apoyo para poder hacer las sustituciones y ello implica exponer a las trabajadoras a una mayor carga de trabajo, ya sea con unos turnos más largos o llevando a más pacientes de lo normal», explica Marco.

La vicepresidenta insiste en que si ya de normal el equipo es reducido, al irse a otras comunidades o países «la pérdida es enorme más allá de los porcentajes». Lo resume en una sola frase: «Sí, estamos en carencia de enfermeras».

Otro de los problemas que preocupan a estas profesionales sanitarias es la falta de plazas que hay para trabajar en las especialidades. Se trata de uno de los principales motivos de la fuga de enfermeras, según analiza Concha Gómez, presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel. En esta provincia, donde más se nota la falta de este perfil profesional es en geriatría. «Es necesario invertir en formar a las enfermeras, pero lo es más aún conseguir que ese talento se quede en la comunidad», asegura.

En este punto, explica que para que las residentes decidan apostar por los hospitales aragoneses «hay que ofrecerles un futuro y, sin plazas, no lo hay». Y, es ahí, donde entran en juego optar por otros destinos. El país que destaca por ser el más demandado es Noruega y, según Marco, ello se debe a unas mejores condiciones «tanto salariales, como laborales». 

La renta media de estas sanitarias en Aragón se sitúa entre los 18.000 y los 30.000 euros anuales, «ascendiendo hasta los 50.000 y los 60.000 euros en el país nórdico», detalla la vicepresidenta colegial de la provincia de Zaragoza.

Añade que, además, a cada una de las enfermeras se les dota con una ayuda de 800 euros para poder volar de regreso a España, también con domicilio y de «49 semanas de permiso maternal con el 100% del salario». Entre las comunidades más demandadas por las enfermeras aragonesas destacan País Vasco y Cataluña.

Sobre el éxodo de enfermeras, fuentes del Departamento de Sanidad explican a este diario que se está trabajando en la situación con plazas en los procesos de oposición y concurso. «La estabilidad está ayudando bastante», confirman. 

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