Manuel tiene 84 años de edad, es enfermo crónico, lo que le obliga a consumir medicamentos para el corazón, riñón o próstata. En total, catorce pastillas diarias que, a partir de ahora, deberá abonar en parte, aunque Manuel confiesa que no tiene muy claro cómo será el funcionamiento del nuevo sistema. "Tengo que enterarme bien, aunque ya me han advertido de lo esencial, que es que voy a tener que abonar un porcentaje de los medicamentos que tenga que adquirir en la farmacia", indica.

Su pensión alcanza los 1.100 euros y la medicación más cara supera los 100 euros por un tubo de 28 pastillas. El copago le obligará a adelantar el importe y aguardar varios meses en caso de que la Administración tenga que reembolsarle dinero. "Me parece fatal. Nunca había estado enfermo y siempre he pagado por todo y ahora, de repente, nos hacen pagar la medicación a los que nos hemos pegado toda la vida trabajando y pagándola. Y ahora me hacen esto. Tiene cojones", lamenta.

Inquietud

Carlos Alconchel espera con cierta inquietud la llegada del domingo. Tiene dos mellizos que empezarán el colegio en septiembre y la obligación de pagar una parte de los fármacos se le ha juntado con otras malas noticias. "Ahora modifican las becas de comedor y otras ayudas escolares y, ahora que nos afecta a nosotros, nos obligan a pagar la medicación. No es justo".

Además, Carlos, de 44 años, es pensionista por incapacidad, aunque la buena noticia es que el mayor gasto para su dolencia ya quedó atrás. "He gastado mucho en medicación y en unidad del dolor y hasta ahora no pagaba nada, pero ya no tomo nada", aunque prefiere no calcular el gasto en productos para su familia. "Sobre todo, con los niños, aunque ya llevamos tiempo pagando lo que te ofrece el pediatra porque no entra en la Seguridad Social" y recuerda que, a partir de septiembre "retirarán el concierto en farmacia en varios productos de niños y ancianos, y es penoso".

Por fortuna, su mujer trae a casa un salario y eso le permite no pasar excesivos apuros para pagar la hipoteca. "No preveo muchos problemas por el copago, pero es una faena tener que esperar meses si me tienen que devolver. Esto es como el ayuntamiento con los proveedores. El dinero es suyo y ya lo irán soltando". Para Carlos, el sistema no funcionará. "Hay que rendirse menos a los mercados y más al pueblo" y advierte que la implantación se ha producido de forma precipitada. "Ni en las farmacias saben qué es lo que tienen que hacer y el sistema obliga ahora a ir a la farmacia casi diciendo que eres pobre o que vas desahogado económicamente. Nunca he sido antisistema, pero sí soy anti este sistema. Era más partidario de racionalizar mejor los medicamentos, pero eso de hacer pagar a todos va contra el pueblo".

María Jesús Alonso sufre Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa crónica que le obliga a tomar numerosa medicación, aunque gran parte no está comercializada. "Luego tomo una caja de pastillas que me duran un mes y no pago nada". En su caso, y al tratarse de una patología que le ha provocado una invalidez absoluta, no deberá abonar nada, "pero aunque tuviera que pagar algún euro al mes no me parecería mal, pero lo que exijo es que el copago se haga en función de la renta de cada uno" aunque denuncia que "no es lógico que un mileurista tenga que pagar el 40% cuando hay pensiones que son mucho mayores a las que solo se les va a aplicar el 10%".

Eso sí, lo que María Jesús no acepta es el fraude. "Hay muchos que hacen uso de la tarjeta de pensionista para adquirir medicamentos sin pagar y eso es intolerable".