La niña de apenas tres años nacida de la relación entre Vanesa Barrado Hernández y Cristóbal M. M. ha resultado clave para la resolución policial del asesinato y posterior descuartizamiento de su madre, hechos de los que el padre es el principal sospechoso. La chica fue la donante de la muestra de material orgánico de la que los biólogos del Laboratorio de Criminalística de la Policía extrajeron el código genético que cotejaron con el de los restos humanos hallados en octubre en Cadrete. El ADN mitocondrial de la niña coincidía con el de los huesos: la identificación de la descuartizada como Vanesa era un hecho. Por otro lado, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales se hará cargo de la tutela de la menor tras la detención de su padre y sus tíos. Los abuelos maternos tienen una edad avanzada.