El trayecto entre Oloron y Bedous supone un importante paso adelante de la línea de Canfranc en el lado francés. Pero la frontera española aún está a unos 30 kilómetros. Se trata del tramo más complicado, con un gran desnivel que conduce a la estación de Les Forges d'Abel y a la boca norte del paso subterráneo. Sus obras de ingeniería (puentes, túneles y viaductos) están muy deterioradas, cuando no totalmente desmanteladas. De hecho, Aquitania ha calculado el coste del trayecto en 300 millones de euros, lo que supone un esfuerzo económico que la región no está en condiciones de asumir. De ahí que los responsables políticos de ambos lados busquen la implicación de la Unión Europea y de la iniciativa privada.