El siguiente paso está en las instituciones. El levantamiento popular constató el pasado sábado que nadie quiere ver a Agapito al frente del club aragonés durante más tiempo. La presión social es indudable y será necesaria en un futuro, pero es el momento de que los representantes elegidos por los aragoneses den un paso al frente. Así se entiende desde la plataforma Salvemos el Real Zaragoza, que esta semana se volverá a reunir para mantener el cerco al soriano. Ni las peñas que están representadas en este nuevo soporte zaragocista, ni la Asociación de Pequeños Accionistas (APARZ), ni el Movimiento Avista, ni el Colectivo, ni el Ligallo... Nadie quiere que esta unión de todos los sectores de la afición se detenga. El primer paso está dado. El zaragocismo, agonizante durante tanto tiempo, sigue muy vivo. "No nos vamos a quedar aquí. Mientras Agapito siga, vamos a acometer todo tipo de acciones", explica desde la peña de Binéfar Eduardo Castillo, uno de los impulsores de la plataforma.

En principio, el zaragocismo espera encontrar una respuesta institucional inmediata. Si no aparece, la primera medida sobre la que ya se está reflexionando es pedir reuniones con las instituciones para hacerles llegar en persona lo que han podido comprobar en la calle, con el repudio generalizada a la gestión del presidente y destructor.

Además, se va a buscar también el apoyo de los exjugadores más representativos. De hecho, se va a tratar de tener en breve una reunión con la Agrupación de Veteranos del Real Zaragoza. Algunos ya han mostrado su apoyo absoluto a la plataforma de cohesión zaragocista, pero se entiende que el refuerzo anímico y real de los veteranos zaragocistas serviría para dar un paso más en el sentido de encauzar energías. El fin es único: conseguir que la jueza estime oportuno la inhabilitación del máximo accionista.

REPETIR LA 'AGAPITADA' Mientras tanto, se estudiará cómo mantener el nivel de presión en contra de Agapito. "Resulta evidente que la agapitada fue un éxito rotundo", dice Iván Andrés, del Movimiento Avispa, desde el que se muestra un disposición total a mantener la lucha contra el soriano. La Romareda estalló durante más de un minuto en una atronadora pitada que pasará a la historia. La iniciativa puede repetirse en los próximos encuentros. Algunos temían que la manera de comportarse con los silbatos convirtiera el partido en un caos. Al contrario, la grada supo hacer un excelente uso de ellos. Así que se estudiará mantener ese minuto 32 de protesta e incluso convertirlo en una seña de identidad.

Al mismo tiempo, el aparato jurídico de la APARZ sigue su marcha. "No paramos. Se está haciendo un trabajo de investigación y las cosas que se aprecien que tengan algún principio de irregularidad se presentarán ante la jueza", manifiesta José Luis Lorés. Es evidente que la rebelión zaragocista ha encontrado un eco gigantesco. "Ahora sí que hay presión popular y eso debe influir a la hora de juzgar", aseguran. El próximo paso es que se traslade adonde corresponde, para que Agapito lo pague.