Roberto pudo tener durante la temporada pasada la sensación casi de ser fusilado por los delanteros rivales, sobre todo en el inicio de la Liga anterior. Ahí, en las jornadas iniciales, el sistema defensivo del Zaragoza, con Javier Aguirre, hacía aguas y Roberto era con diferencia el portero que más paraba y el segundo que más intervenía de toda la Liga. Vamos, el que más trabajo tenía. De largo, además. Ahora, la situación ha cambiado y el meta madrileño ya vive un poco más tranquilo. O mucho más. Y eso hay que que achacarlo a una clara mejoría defensiva con respecto al curso pasado y, sobre todo, al mayor espíritu y carácter competitivo que tiene el Zaragoza con Jiménez. El equipo es más intenso que el que arrancó el campeonato pasado.

Es verdad que faltan cosas por pulir y que la estrategia para defender saques de esquina y faltas sigue siendo un hándicap, como se demostró ante el Málaga o en el Trofeo Puchero ante el Alcorcón. Sin embargo, Roberto ya no puede tener la percepción de amenaza constante por los rivales. Es más que clarificadora la propia sensación de las tres primeras jornadas, en las que el portero no ha tenido que ser el héroe en ningún partido cuando en el inicio de la Liga pasada prácticamente se colocaba ese traje en todos los encuentros.

Un claro cambio

Pero a esa impresión general la secundan claramente los datos. El año pasado tras las tres primeras jornadas de Liga --Real Madrid (0-6), Rayo Vallecano (0-0) y Espanyol (2-1)-- había recibido hasta siete dianas, pero es que había hecho nada menos que 19 paradas para evitar que esa cuenta de tantos encajados aumentara.

Este curso, tras tres encuentros --Valladolid (0-1), Espanyol (2-1) y Málaga (0-1)--, ha recibido tres dianas y solo ha hecho cuatro paradas en 270 minutos. Es decir, ha parado casi cinco veces menos que en los tres partidos iniciales de la Liga pasada. De encabezar ese ránking a ser ahora el decimoctavo, con solo Iker Casillas (Real Madrid) con menos trabajo entre los guardametas que han disputado todos los minutos. En esos tres goles encajados, Roberto no pudo hacer demasiado en los remates a bocajarro de Óscar (Valladolid) y Álvaro Vázquez (Espanyol), mientras que en el anotado por Camacho para el Málaga su media salida en el córner y la falta de marcaje cometida por Pinter y Romaric lo propiciaron.

La llegada de Jiménez en enero pasado y la reacción zaragocista en la segunda vuelta propició que el liderazgo de Roberto en la clasificación de paradas fuera perdiendo ventaja. Aun así, terminó la Liga como el que más trabajo había tenido, con 150 paradas y empatado con Juan Pablo, arquero del Sporting. Iraizoz (Athletic) fue el tercero con 144. Roberto acabó el curso además con 61 goles encajados tras disputar todos los minutos. Solo Juan Pablo, con 65, tuvo que recoger más veces el balón de las redes de su portería.

Las intervenciones

En la clasificación de intervenciones de los porteros también hay un claro descenso con respecto a la Liga pasada. En las tres primeras jornadas con Aguirre en el curso pasado, Roberto había tenido que realizar 25 intervenciones y solo el verdiblanco Casto le superaba (26). Ahora, en los mismos minutos (270) suma 13 y es el decimotercer arquero en ese ránking.