La actual normativa comercial deja total libertad de horarios a los establecimientos de menos de 300 metros cuadrados, siempre y cuando no pertenezcan a una cadena (de cualquier sector). Es decir, el pequeño comercio puede abrir todos los días del año si así lo desea. De esta forma, y si el Ejecutivo autonómico decide declarar solamente el casco histórico como zona de afluencia turística, tal y como exigen la federación Ecos y los sindicatos, la situación no cambiará demasiado. De hecho, en la pastilla que flanquean el Coso, Echegaray y César Augusto apenas hay tiendas de más de 300 metros (más allá del Fnac, la Droga Alfonso y algún Árbol o Mercadona). Todos ellos serían los grandes beneficiados (a la espera de posibles nuevos aterrizajes), ya que el resto puede abrir cuando quiera.