El Gobierno español se felicitó de la página de la historia que ayer pasaron EEUU y Cuba. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, calificó la noticia de "esperanzadora" y celebró que "dos países tan cercanos" retomen el diálogo y se reconcilien. "Espero que se abra un camino a un futuro mejor para el pueblo cubano", dijo.

Margallo visitó de manera oficial la isla hace menos de un mes, un viaje que le ha dejado una espinita clavada. El jefe de la diplomacia española asumió el desgaste que le suponía en el sector más duro de su partido, el PP, visitar La Habana cumpliendo las condiciones de las autoridades cubanas y, pese a ceder en este extremo, no se pudo reunir con Raúl Castro, un plantón que no sufrió Miguel Ángel Moratinos las veces que visitó Cuba, en el 2007 y el 2010.

El ministro de Exteriores aseguró que su viaje fue una muestra del interés de España en acompañar a la isla en esta nueva etapa. "El Gobierno ha apostado por esta solución de diálogo que esperamos llegue a buen puerto", declaró sin comentar si el Ejecutivo español ha contribuido de alguna manera concreta al pacto entre EEUU y Cuba.

En La Habana, Margallo pronunció un discurso sobre la transición española en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales de la capital cubana, en el que hizo un elogio de la reconciliación política.

La portavoz de Exteriores del PSOE en el Congreso, Trinidad Jiménez, celebró que se haya superado "uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría". El grupo de la Izquierda Plural dijo que la apertura del diálogo suponía que "el gran derrotado" es el expresidente José María Aznar y "la política de bloqueo" que promovió desde la UE hacia la isla.