La aviación rusa bombardeó ayer la ciudad de Raqqa, el feudo del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria, según confirmó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. Moscú indicó, no obstante, que sus ataques contra el EI empezaron el jueves. "Un puesto de mando del EI ha quedado inutilizado y parte de la infraestructura utilizada para entrenar a terroristas ha quedado completamente destruida", afirmaba el comunicado.

"El 1 de octubre, aviones rusos Su-34 atacaron un campo de entrenamiento del EI cerca de la localidad de Maadan Jadid, a 70 kilómetros al este de Raqqa y un puesto militar de camuflaje en Kasrat Faraj, al sureste de Raqqa", añadía el Ministerio de Defensa ruso que daba cuenta, además, de que los bombardeos rusos "destruyeron un puesto de mando y un centro de comunicaciones" del EI en Daret Ezza, en el norte de la provincia de Alepo, así como "búnkers y almacenes de armas en el noroeste de la provincia de Idlib".

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que los ataques mataron al menos a una docena de combatientes del EI cerca del aeropuerto militar de Taqba, en los suburbios de Raqqa. Según el canal de televisión catarí Al Jazira los aviones rusos también bombardearon objetivos del EI en Al Qaryatain, en las afueras de Homs. La ciudad fue tomada recientemente por grupos afines al EI.

Los primeros bombardeos rusos tuvieron como objetivo posiciones de grupos rebeldes sirios, pero no del EI, hecho que no ha gustado a varios países. La coalición contra el EI liderada por EEUU llamó ayer a los rusos a no bombardear objetivos que no sean del EI.

"Llamamos a la Federación Rusa a detener inmediatamente sus ataques sobre los opositores y civiles sirios y a concentrar sus esfuerzos en combatir al EI", señaló la coalición, integrada por EEUU, potencias europeas, Estados árabes y Turquía, para añadir: "Expresamos nuestra profunda preocupación por el crecimiento militar ruso en Siria y especialmente por los ataques de la Fuerza Aérea rusa en Hama, Homs e Idlib desde el jueves, que ha llevado a causar víctimas civiles y no ha atacado al EI".

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, culpó a Rusia por bombardear "objetivos de rebeldes moderados" para ayudar al régimen del presidente sirio, Bashar el Asad. Davutoglu dijo que el resultado de los ataques era "muy preocupante". Medios de comunicación árabes han anunciado que, además de Rusia, China está planeando aumentar su implicación en el conflicto que vive Siria. Estas informaciones apuntan que los chinos empezarán a bombardear territorio sirio dentro de unos días.