El Ayuntamiento de Bea ha protagonizado este año una de las medidas más atractivas para atraer habitantes y no convertirse en un pueblo fantasma. El consistorio y sus siete habitantes decidieron regalar entre 20 y 25 parcelas de 200 metros cuadrados a todos aquellos que quisieran construirse una casa, y el resultado no se hizo esperar. Recibieron tantas peticiones que tuvieron que sortear los terrenos, según explicó entonces la esposa del primer edil.

De esta manera, quieren frenar la despoblación y revitalizar este municipio situado entre Calamocha y Daroca. El consistorio cederá los terrenos y los inquilinos serán los encargados de edificar su casa, que tendrá que estar construida antes de dos años (si no quieren pagar 12.000 euros de multa) y deberá contar con un proyecto de edificabilidad que garantice una mínima calidad y seguridad.