Cerca de dos centenares de pueblos de Aragón corren riesgo de quedarse sin suministro de agua en verano como consecuencia de la sequía. El Instituto Aragonés del Agua maneja un listado de 184 municipios que en los últimos años han tenido que ser abastecidos con cisternas o que han requerido la ejecución de obras urgentes para garantizar el acceso de sus vecinos a los recursos hídricos, ya fueran los problemas de agua de cantidad o calidad.

La mitad de ellos --94-- se encuentra en la provincia de Huesca y varios están situados junto a ríos --Gistain o Monzón-- o embalses --Naval, Sallent de Gállego o Secastilla--. En Teruel hay 52, la mayoría en zonas de montaña y media montaña, y en Zaragoza, 38 más, algunos en el cinturón metropolitano como Sobradiel, Torres de Berrellén, Utebo y Pinseque.

Desde el 2002, el Instituto Aragonés del Agua ha repartido 150 millones de euros en subvenciones para financiar actuaciones de mejora. "Gracias a estas actuaciones se han disminuido los núcleos afectados por la sequía de 252 en el 2005 a los 184 actuales", indica un informe del Departamento de Medio Ambiente. Esas actuaciones han comportado, según las estimaciones de la DGA, un ahorro de recursos --especialmente por la reducción de las fugas en las redes de distribución-- equivalente al consumo de una población de 15.000 habitantes.

Sin embargo, los problemas de suministro a poblaciones aragonesas, que conviven con el eterno debate sobre la reclamación de agua de la cuenca en otras comunidades, continúan. En parte, por la no ejecución total de las obras de los llamados protocolos del Pirineo, en los que el Gobierno central y la DGA se comprometieron a tener terminadas el año pasado obras de mejora del suministro, la potabilización y la depuración en más de un centenar de municipios de media y alta montaña que sufren ocasionalmente problemas de abastecimiento.

Buena parte de esos 184 municipios extrae el agua de boca de pozos y acuíferos, lo que hace que, en periodos de sequía como el actual, estos se queden en ocasiones sin recursos. No obstante, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) apuntaron que, en el caso del Pirineo, las precipitaciones pueden llenarlos debido a que su inercia --plazo de tiempo en el que acusan los efectos de la meteorología-- es reducida. No ocurre lo mismo en la margen derecha del Ebro, donde los retornos son más amplios.

En las últimas semanas, el suministro de agua a municipios ha sido esporádico. Según fuentes de la Diputación de Zaragoza, "no hay problemas salvo que puedan producirse roturas en los sistemas de captación y distribución". Lo mismo ocurre en Teruel, donde solo Blesa, al haberse secado su pozo, se abastece mediante cubas. Otra cosa será el verano, cuando la demanda de numerosos pueblos aumenta como consecuencia de la llegada de veraneantes. De hecho, explicaron fuentes de la diputación turolense, en Semana Santa fue necesario llevar agua en cubas a Obón y Ejulve, donde el incremento de la población coincidió con averías de la red.

La corporación turolense ha financiado en los últimos años sondeos y captaciones de agua subterránea para localidades con problemas de abastecimiento, que han sido equipados con suministros complementarios de los que ya tenían y, en algunos casos, han sido dotados de nuevos sistemas, explicaron las mismas fuentes.

Otros, como Banastás, en La Hoya de Huesca, han solicitado a la CHE incrementos del suministro. Capella también ha pedido agua en este caso del Isábena, para abastecer el núcleo de Pociello.

El riesgo de desabastecimiento de pequeñas poblaciones en Aragón fue planteado en la última Comisión de Sequía de la CHE por la DGA. En principio, no se espera que los tengan los municipios que reciben los caudales desde los grandes sistemas de riego.