"Para muchos trabajadores hoy (por ayer) es la primera vez en su vida que hacen huelga", apuntaba ayer un sindicalista del sector bancario como muestra del apoyo masivo y transversal que registró el paro en la plantilla de Caja3. Son ya casi cuatro meses de infructuosas negociaciones para un ajuste de 592 despidos que hasta ayer no habían menguado en un solo dígito en este tiempo. La falta de entendimiento entre la dirección y los sindicatos ha convertido el conflicto laboral en el mayor del proceso de reestructuración financiera del país, que se prolonga desde hace cuatro años, siendo incluso más agitado que los de las entidades nacionalizadas.

Esta situación ha convulsionado por completo las entrañas y los cimientos de Caja Inmaculada (CAI), el principal socio de Caja3, tanto en la entidad fundadora (Acción Social Católica) como en el grupo de impositores o la clase política aragonesa, parte de la cual ha estado implicada en los órganos de administración de la entidad (PP, PSOE y PAR) y está descolocada ante de la deriva que ha tomado el caso.

Entre tanto, la plantilla ha demostrado ser un bloque. La unidad y el malestar existente entre los empleados quedaron ayer patentes en los jardines adosados al edificio central de Ibercaja, en el plaza Paraíso, donde cerca de 500 trabajadores se concentraron desde el mediodía durante más de un hora --pese al viento y el frío-- al grito de Todos juntos sí se puede. Fue el epicentro de la protesta y allí podían verse un variado espectro de profesionales de la entidad: mumerosos empleados de ventanilla, un nutrido grupo de directores de oficinas y también mandos intermedios de la central. Pitos, megáfonos y pancartas ya desplegadas en estos cuatro meses de conflicto (No a los despidos, La plantilla no se rinde...) que volvieron a dibujar una estampa inusual en el hasta hace poco apaciguado sector bancario.

Todos estos ingredientes hicieron que los sindicatos de Caja3 (UGT, Asipa y CCOO) definieran la jornada de paro como "insólita" e "histórica" en la banca española y, por ende, de la aragonesa. "No hay precedentes en el sector de una huelga con tanto seguimiento (entre el 90% y el 95%, según la parte social)", aseguraba Fermín Arellano, responsable del sector financiero de CCOO Aragón.

Sin piquetes

El seguimiento del paro fue tan mayoritario, según los sindicatos, que tan solo hubo piquete en la central de CAI del paseo Independencia. "No hay sido necesario concienciar a la gente, las cosas están tan claras que no hemos tenido que darles grandes explicaciones de lo que está pasando", apuntaba José Miguel Franco, representante de la sección sindical de UGT en Caja3. "Si la entidad es insensible a una huelga de esta magnitud dice mucho del talante negociador que tiene", agregó, al tiempo que instó a la dirección a seguir negociando un ajuste "razonable".

Jesús Ortilles, miembro de la Asociación Sindical Independiente de Profesionales del Ahorro (Asipa), se sumó al llamamiento al diálogo, pero se mostró molesto por la actitud de la dirección de Caja3 y la gestión que ha hecho del ERE. "Todo es un teatro, se están riendo --los directivos-- de una plantilla que ha demostrado su responsabilidad. Pedimos que se nos trate con un mínimo de justicia", criticó.

Los tres sindicatos coinciden en que si no hay acuerdo el conflicto se endurecerá. Para la plantilla, que está hoy convocada a una segunda jornada de huelga, todo parece estar en el aire. También su futuro.