Manuel Avellanas es una referencia en el deporte de montaña del que se declara apasionado. Y un superviviente. Porque el doctor fue uno de los pocos montañeros que se salvó aquel 13 de agosto de 1995, cuando un alud sepultó en las laderas del K-2 a tres de los componentes de la expedición conjunta de Peña Guara de Huesca y Montañeros de Aragón de Zaragoza tras conseguir hacer cumbre.

Javier Escartín, Lorenzo Ortiz y Javier Olivar, compañeros de Avellanas se dejaron la vida en el primer proyecto de ascensión aragonés a la segunda montaña más alta del mundo. Manuel Avellanas, Lorenzo Ortas y José Garcés sobrevivieron y regresaron a Barcelona, donde fueron recibidos por alrededor de 200 oscenses que se desplazaron hasta el aeropuerto de El Prat para abrazar a sus héroes. Ahora, dos décadas después, el doctor Avellanas crea la primera unidad específica de España para el tratamiento de congelaciones. Quizá, el mejor tributo a los que no regresaron.