Aragón está casi a mitad de camino de su recuperación económica. Ocho años después del inicio de la crisis, cuando la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers provocó un tsunami mundial, la comunidad ha logrado repuesta el 45% del producto interior bruto (PIB) perdido en los años de recesión y 35% de los empleos perdidos destruidos. Estas cifras ponen de relieve que todavía queda un largo trayecto hasta regresar a la casilla de salida del año 2008, una travesía que además puede verse ralentizada por las incertidumbres y amenazas que colean. Por lo pronto, la mejora de las grandes cifras económicas y laborales comienza a reflejarse en las condiciones de vida reales de los aragoneses, aunque persisten las taras en cuanto a calidad del empleo o protección social.

Este panorama de luces y sombras queda plasmado en el informe anual del 2015 que elabora el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA), el órgano consultivo del Ejecutivo autonómico --creado en 1990-- en el que participan las patronales (CEOE y Cepyme) y los sindicatos (UGT y CCOO). El documento, que fue presentado ayer en el Palacio de la Aljafería y que cumple su edición número 25, confirma que el pasado año se consolidó el cambio de ciclo económico, pues la comunidad duplicó su crecimiento medio, hasta el 3,1%, el doble que la zona euro (1,6%).

En este crecimiento han colaborado todos los sectores productivos, que, por primera vez desde el inicio de la crisis, presentaron cifras positivas. En todo caso, la industria se confirmó como una de las claves de esta evolución, ya que el 60% del empleo creado en Aragón en el pasado ejercicio fue en esta actividad.

También la industria explica en buena medida el excelente comportamiento del sector exterior. Tanto las importaciones (+18%) como las exportaciones (+12%) han vuelto a marcar récords históricos, aunque el saldo comercial descendió por el mayor ritmo de las compras al exterior.

El informe pone de relieve asimismo que los aragoneses valoran mejor su situación económica que los españoles. Según el CIS (barómetro de opinión y estudio poselectoral de mayo de 2015), el 42% de los primeros considera que es mala o muy mala, mientras que a nivel nacional lo ven así el 72% (30 puntos más).

POBREZA Y EXCLUSIÓN

En el ámbito social, el documento del CESA recalca que la sociedad aragonesa ha resistido mejor los jirones de la crisis, a pesar de ese descenso continuado del gasto social. En esta línea apunta datos como que un 2,5% de los hogares de la comunidad presentan carencias materiales severas, frente a un 6,1% de media en España; o que es la tercera comunidad --tras Navarra y País Vasco-- con menor riesgo de pobreza o exclusión social.

A esto hay que sumar que el pasado año la renta media por persona continuó creciendo en la región mientras que permaneció estancada en el conjunto del país. Al mismo tiempo, el reparto de la riqueza es más igualitario: la desigualdad (índice de Gini) crece en España (de 33,7 a 34,6), mientras desciende ligeramente en Aragón (de 31,8 a 31,6), situándose ya muy cerca de la zona euro (30,9).

En la presentación del estudio en rueda de prensa, el presidente del CESA, José Manuel Lasierra, destacó que, a pesar de que la economía aragonesa creció por debajo de la española en el 2015, existen una serie de indicadores que resultan más positivos en la comunidad. Entre ello señaló el mayor protagonismo del sector industrial y el "extraordinario" comportamiento de las exportaciones. De cara al futuro, se mostró moderadamente optimista.

En el capítulo de los debes, Lasierra lamentó que la inversión en infraestructuras consignada en los presupuestos del Estado ha caído un 55% desde 2010. Por ello, instó al Ejecutivo central a revertir esta tendencia para que mejore la situación de la comunidad "como núcleo de las cuatro zonas" con mayor fuerza en la economía del país.

Por su parte, el director de Coyuntura y Estadísticas de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Raymond Torres, subrayó que Aragón presenta características "favorables" por ser una economía "diversificada" que se beneficia del tirón de las exportaciones. No obstante, reconoció que el contexto está delimitado por "muchos factores externos" como el brexit, que "pesará negativamente" en esas ventas al exterior. También aludió a la incertidumbre política para urgir a la formación de un nuevo gobierno en España "que haga frente a los retos" del país. A su juicio, esa inestabilidad puede acabar dañando la economía nacional por que la "desconexión" que por ahora mantienen estos ámbitos "no seguirá indefinidamente".

Por último, la consejera de Economía, Marta Gastón, valoró el progreso de los indicadores del informe, pero recalcó que "lo realmente importante es que el grueso de la población aragonesa perciba directamente, más pronto que tarde, esa mejora". Sobre la previsión a la baja del crecimiento en el 2017, apuntó que la comunidad tiene "robustez" y "bases sólidas" para "soportarlas mejor" un debilitamiento de la economía.