La tensa calma en el transporte urbano de Zaragoza volvió a romperse ayer por la instalación de unas cámaras en el exterior del autobús 801 de la línea 32. Desde Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA) aseguran que se trata de una experiencia piloto y que su función únicamente es de apoyo a la conducción. Tanto el ayuntamiento como el comité de empresa han solicitado su retirada.

En el servicio del transporte hace falta poco para que salten chispas y se desate la polémica. Esta vez ha sido la colocación de tres cámaras externas --una en cada lateral-- cuya imagen se proyecta en una pantalla que lleva instalada el conductor a la izquierda del volante. El responsable de Explotación de AUZSA, Luis Rivera, explicó que se trata de una "experiencia piloto" que tiene como objetivo servir de apoyo a los conductores ampliando su campo visual. Muchos coches llevan instalado este sistema para facilitar las labores de aparcamiento. Rivera aseguró que estos dispositivos no son de videovigilancia, como denunció el comité.

Sin embargo, ni al consistorio ni a los trabajadores les convencen estos argumentos. El ayuntamiento solicitó a la empresa la retirada de las cámaras al carecer del permiso municipal necesario. El servicio de Movilidad comunicó a la concesionaria la obligatoriedad de trasladar inicialmente una propuesta formal al consistorio para que sea aprobada. Solo entonces, podría proceder a su instalación.

La concejala de Movilidad, Teresa Artigas, indicó que desde el ayuntamiento "no vamos a permitir que la empresa haga instalaciones de este tipo hasta comprobar que se sigue el procedimiento adecuado, se respetan los derechos de los viajeros y los trabajadores y además se cumple con la legalidad vigente".

MANTENIMIENTO // El responsable de Servicios Públicos, Alberto Cubero, fue más allá. "La contrata tiene que preocuparse más por el mantenimiento de los buses para evitar que se sigan calcinando y menos por grabar las calles".

Según el concejal, la empresa también tiene intención de colocar cámaras, en este caso de videovigilancia, en sus oficinas y en los autobuses. Algo que tendrán que negociar previamente con el ayuntamiento, precisó.

Por su parte, el presidente del comité, Javier Anadón, criticó las segundas intenciones de la empresa. "Tienen que asegurarnos que no van a ser utilizadas para controlar la entrada y salida de los trabajadores". Admitió que era conocedor de que AUZSA quería colocar estos dispositivos.

Según Anadón, el conductor que ayer inauguró este sistema no acabó satisfecho. "La imagen no es buena y genera confusión porque proyecta una copia de lo que estás viendo por los retrovisores, y despista". Además, precisó que el lugar elegido para instalar la pantalla no es correcta porque "te obliga a dejar de mirar al frente". Desde la empresa aseguran que mejora y amplía el campo visual.

Los trabajadores han vuelto a solicitar una reunión con Artigas para denunciar la situación aunque, se prevé que también trasladen más quejas sobre el servicio o el incumplimiento del convenio. "Entendemos que esta decisión es empresarial y puede tener consecuencias entre los usuarios del autobús", señalaron desde el comité.