Cada vez que se avecina las fiestas del Pilar o Navidad en la ciudad se repite la misma pugna entre el comité de empresa y Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA). Los representantes sindicales decidirán en la asamblea de hoy si finalmente se convoca un referendo para que los conductores voten si están de acuerdo con los paros parciales anunciados para el 27 de diciembre y que se prolongarían hasta el 7 de enero. Denuncian que la contrata no está cumpliendo con el convenio colectivo, pactado hace escasos seis meses. La concesionaria lo niega y asegura que el comité busca la «confrontación constante».

Los representantes de los trabajadores se reunieron ayer con los responsables de Movilidad y Servicios Públicos, Teresa Artigas y Alberto Cubero, respectivamente, para trasladarles su «malestar» por el supuesto incumplimiento del convenio. Cubero explicó que el ayuntamiento, por ahora, no tomará ninguna medida, salvo la revisión de los aseos instalados en los finales de línea que deberían estar ya disponibles y que carecen de toma de agua y luz, como denunció ayer el presidente del comité de empresa, Javier Anadón.

El representante de los trabajadores denunció que ayer comenzaron a repartir las primeras llaves para acceder a los nuevos aseos, con «días de retraso», en concreto, 13. Desde AUZSA informaron que el pasado 29 de noviembre se informó al comité de que este reparto de 1.000 llaves se iniciaría, precisamente, ayer. «El volumen es muy elevado y hemos necesitado tiempo para hacer tantas copia», explicaron.

Los sindicalistas también denunciaron que no se ha producido ninguna reunión de la comisión coordinadora con la empresa desde hace tres meses. Desde Autobuses Urbanos informaron que, una vez finalizadas las elecciones sindicales y formado el nuevo comité, se citaron el pasado 29 de noviembre para fijar el nuevo calendario. Así, en principio hay un encuentro fijado para hoy y otro para el 22 de diciembre.

El comité confirmó que el 22 se reunirán, sin embargo, aseguran que «es muy tarde» y que generará «problemas» porque se tienen que aprobar los nuevos calendarios de descansos de los trabajadores que deben entrar en vigor a partir del 2 de enero. «No habrá margen de maniobra», señaló. Anadón explicó que se trata de un cronograma «importante» porque permitirá que toda la plantilla, sin diferencias, tenga el mismo porcentaje de descansos durante los fines de semanas, una mejora que se consiguió durante la negociación del convenio colectivo que costó una huelga de más de cuatro meses.