En la misa, presidida por el arzobispo de Zaragoza, no cabía un alfiler. La alta temperatura --ayer se vivió el día más caluroso del año-- animó a zaragozanos y visitantes a acudir a la basílica para asistir a la celebración del Corpus. Estaban muchos, pero faltaron otros. Entre ellos, el todavía alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch que, a pesar de ser fijo en estas lides, en esta ocasión no participó en la procesión --la versión no oficial indica que se encuentra fuera de Aragón de vacaciones junto a su esposa--. Pero la ausencia del primer edil en la que iba a ser su última participación en el Corpus pareció espolear a los suyos y a otros para dejar el evento con una representación de concejales mucho menor de lo habitual.

De hecho, apenas media docena de políticos del PP encabezaron la procesión. "Pero ¿dónde está Belloch?", se preguntaba una señora a las puertas de la basílica, extrañada por la ausencia de un ilustre. "¿No estará malo, verdad?", cuestionaba otra a un desconocido.

Así que, sin uno de los atractivos del evento, la cosa perdió color, aunque la procesión y el resto de la programación elaborada para la ocasión derrocharon atractivo. La gran cantidad de niños que tomaron la Primera Comunión se convirtieron, pues, en los grandes protagonistas de la jornada.

Aunque también hubo lugar para la polémica. Como es habitual, el Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL) reprochó, en silencio y con carteles de protesta, la presencia de políticos en actos religiosos. Algunos aseguraron haber sido insultados.