Tras una oleada de asaltos en salones de juego de la capital aragonesa en octubre del año pasado, el Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón activó un operativo especial que concluyó con la detención de tres personas, dos de las cuales ingresaron el prisión provisional por estos hechos. El único que no lo hizo ha vuelto a ser arrestado después de, supuestamente, cometer cuatro abordajes a este tipo de establecimientos.

El sospechoso, identificado como A. S. J., fue arrestado tras atracar un salón de juegos y apuestas de la calle Padre Consolación, en el zaragozano barrio de La Almozara. La detención se produjo cuando salía de cometer el atraco, según fuentes consultadas por este diario. Para intimidar a los empleados se sirvió de un cuchillo de grandes dimensiones que le fue intervenido en el momento de su captura en plena vía pública. Por su modus operandi y su descripción, el Cuerpo Nacional de Policía le atribuye la comisión de al menos tres atracos y un cuatro en grado de tentativa. Todos ellos en lo que llevamos del mes de enero. Por estos hechos, hoy pasará a disposición del Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, que estará en funciones de guardia.

Con esta detención, el Grupo de Atracos frustró una nueva oleada de robos violentos en salas de juego de Zaragoza. De hecho, en la operación Avance, llevada a cabo el pasado año y en la que se arrestó a otros dos hombres, J. G. G y O. G. G., los investigadores conluyeron que su incidencia delictiva iba en aumento a medida que tenían éxito en sus hechos, llegando a cometer uno o dos atracos cada semana, por cuanto consiguieron hacerse con un botín, entre todos los hechos, cercano a los 30.000 euros.

Estos cometían los asaltos con sus rostros totalmente cubiertos y con guantes. Asimismo, tenían estudiados los lugares donde iban a cometer los robos, efectuando previamente labores de vigilancia tanto en el exterior como en su interior, por lo que conocían perfectamente los salones de juegos, número de empleados, la ubicación de las cámaras de seguridad y las cajas fuertes. A pesar de ello, el botín que suelen llevarse en un único golpe no suele ser elevado, puesto que procede del cajón para hacer los pagos inmediatos de los premios. El resto lo guardan bajo sistemas que impiden un atraco exprés.