El Ayuntamiento de Zaragoza va a encargar un estudio sociológico del fenómeno del botellón a la Universidad de Zaragoza en colaboración con el Observatorio de Cultura para determinar cómo evoluciona esta forma de ocio y cuál es su impacto en la ciudadanía. Así lo aseguró ayer el teniente de alcalde de Cultura, Educación, Medio Ambiente y Participación, Jerónimo Blasco, quien apuntó que, como consecuencia de la aplicación de la ordenanza cívica, esta práctica se ha desplazado de las plazas del centro de la ciudad a las riberas y las zonas verdes.

Blasco respondió así en la comisión de este área a una pregunta del portavoz de IU, José Manuel Alonso, quien cuestionó el cumplimiento de los objetivos de esta normativa, con la que la formación de izquierdas se ha mostrado muy crítica, sobre todo tras las denuncias al movimiento 15-M por pintar con tiza en el suelo --"las medidas de la ordenanza prohíben la vida normal en la calle", apuntó--. "No tiene ninguna preocupación por el efecto del consumo de alcohol en los jóvenes. El botellón se ha desplazado de las zonas donde molestaba, como la plaza de Los Sitios, a otras áreas", añadió Alonso.

A juicio de Blasco, sin embargo, los objetivos se han "cumplido con creces", dado que las molestias a terceros "se han reducido", aunque se pretende seguir ahondando en este fenómeno con la elaboración del citado estudio. Además, con el traslado del consumo de alcohol a las zonas verdes también se ha incrementado el vandalismo. De hecho, apuntó, el 6% del presupuesto de Parques y Jardines se invierte en sustituir, reparar o limpiar elementos que han sufrido actos vandálicos, fundamentalmente pintadas o roturas. "No entiendo la bandera que enarbolan ustedes --espetó Blasco a Alonso-- ¿es que proteger lo público no es de izquierdas?".

Asimismo, el teniente de alcalde anunció también la intención de fomentar los servicios a la comunidad en sustitución de las multas. De hecho, durante el 2011 se realizaron 32 servicios sociales --21 en Parques y Jardines y 3 en Vialidad-- en colaboración con el Ministerio del Interior y la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias. A pesar de este objetivo, las cifras todavía son testimoniales, sobre todo si se tiene en cuenta que durante el 2011 se interpusieron 1.349 denuncias por este motivo, el doble que en el ejercicio anterior.

La preocupación por el botellón llevó al alcalde Juan Alberto Belloch a llevar este asunto al Consejo de la Ciudad, donde se creo un grupo de trabajo para analizar el fenómeno. La comisión, formada por diferentes colectivos sociales y por representantes de los grupos municipales y del ayuntamiento, ya ha tenido su primera reunión, con un debate "constructivo aunque con enormes divergencias".