Los valles pirenaicos reaccionaron ayer unánimemente en contra de la sentencia del Tribunal Supremo que avala la legalidad del impuesto del cable que grava los remontes de las estaciones de esquí por su impacto en el medio ambiente. Los responsables de los centros invernales, los alcaldes y los empresarios manifestaron que acatan la resolución judicial, pero todos ellos subrayaron que se trata de un fallo "injusto" porque sangra aún más la maltrecha economía de las estaciones.

El impuesto, introducido en el 2006, fue derogado en el 2012 por el Gobierno popular de Luisa Fernanda Rudi, y ahora es objeto de una moratoria que los afectados piden que "se prorrogue" como "mal menor" antes de su derogación total, según señaló Pedro Marco, presidente de la Asociación de Empresarios de la Jacetania.

"El impuesto del cable coloca a los centros invernales de Aragón en situación de inferioridad respecto a la competencia de otras comunidades", afirmó Andrés Pita, director comercial de Astún, la estación que recurrió el gravamen y que, además de perder el juicio, tendrá que abonar 8.000 euros en costas.

DISCRIMINACIÓN

Pita señaló que las dos estaciones de capital exclusivamente privado de Aragón, Astún y Candanchú, se ven más afectadas que las del grupo Aramón, que son de capital mixto. Y aseguró que empeorará el estado económico de unas explotaciones "ya muy castigadas, como lo reflejan sus cuentas de explotación".

"No se defiende el territorio aragonés gravando una fuente de riqueza, el sector de la nieve, que supone el 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón", señaló, por su parte, Jesús Gericó, alcalde popular de Sallent de Gállego.

"El Gobierno actual no cree en este recurso, pero tiene que pensar que Zaragoza no es todo Aragón y que es preciso proteger los diversos territorios que componen la comunidad", añadió. "Así, lo que hace es desplumar a la gallina de los huevos de oro", comentó, en referencia al impacto de la nieve en la economía de los valles.

Pedro Marco abundó en la misma idea al indicar que el impuesto del cable "penaliza" tanto a las estaciones de esquí como a los valles pirenaicos en los que se ubican. "En invierno, la economía del valle del Aragón depende enteramente del esquí, pues apenas hay sector primario y no existen industrias ni ninguna otra actividad", agregó el presidente de los empresarios de la Jacetania.