Han sido diez años de cariño y cuidados los que ayer celebró la residencia Villa de Sádaba. Una década que el equipo que la atiende quiso elogiar con una gran fiesta en la que no faltó la alegría y las jotas, como las que se arrancaron a cantar Matilde Cavero, Josefina Calvo y Jesús Aguerri, Moralicos, tres de los residentes que conviven a diario en este espacio municipal, pero de gestión privada.

Fue tras la misa y el rico almuerzo preparado por las cocineras del centro, una comida en la que no faltaron comentarios como "qué rico" o "ponme un poco más" por parte de algún residente, citas que responden a la filosofía del centro, cuya máxima prioridad es cuidar y velar por la seguridad de los mayores que habitan en él.

Para ello, en el año 2010 esta residencia recibió la C de Calidad, un reconocimiento que muy pocas tienen en Aragón, que expide Aenor --la Norma UNE 158201:2007--, específica para centros de mayores.

Todo lo mencionado anteriormente ocurrió por la mañana, el preámbulo del resto de los actos programados, que ya por la tarde comenzaron con una charla sobre La salud de los mayores, que corrió a cargo de Juan Ángel Gonzalo. Posteriormente, se conocieron los ganadores de los concursos de fotografía, relatos breves, dibujo y redacción que la residencia organizó en colaboración con el instituto y el colegio de Sádaba. Una propuesta en la que los alumnos de este centro --que se localiza junto a la residencia-- abordaron en sus trabajos el tema de los mayores en el mundo actual.

Los ganadores en las distintas categorías fueron: Sofía Iturralde (dibujo), Sandra Cay (redacción) y Ana Tenías (relatos breves). También consiguieron accésit en las distintas categorías, Paula Blas, Miriam Arcéiz, Elisa Martínez, Valentina Vieru, Daniel Morán e Ivana Iguaz. "La participación ha sido muy gratificante para nuestros residentes, dado que han sido un total de 56 obras las presentadas por los niños", explica Santiago Cosculluela, responsable de la residencia sadabense. Junto a él estuvo en la fiesta el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Pérez, así como otros representantes institucionales del municipio.

Villancicos

Para finalizar la cita lúdica sonaron los villancicos, entonados por los niños del colegio de Sádaba y otra vez las jotas, gracias a la rondalla Cristo Marinero de Sádaba. Fueron estos dos momentos muy emotivos, ya que la música afloró los sentimientos de los residentes, así como de algunos asistentes. Y es que en la residencia Villa de Sádaba tienen claro que aunque el papel de la familia y el cariño es insustituible, con el paso de los años todas y cada una de las personas que viven en el centro se convierten en algo especial.

La construcción de la residencia de la tercera edad de Sádaba constituyó hace diez años un ambicioso proyecto para el ayuntamiento de la localidad, un equipamiento que costó 3,6 millones de euros que fueron subvencionados por la Diputación Provincial de Zaragoza, el Instituto Aragonés de la Salud, el Ministerio de la Vivienda y la Caja de Ahorros de la Inmaculada. El equipamiento cuenta 4.000 metros cuadrados con capacidad para 90 residentes.