Tener matrícula de honor en el expediente académico y tener iniciativa en el mundo laboral y social son los ingredientes idóneos para conseguir el premio Educación y Valores de la Universidad de Zaragoza. Cinco graduados en el curso pasado han destacado de entre las 80 candidaturas que reunían los requisitos de un alumno modelo. El presidente del Consejo Social de la institución, Manuel Serrano reconoció, ayer durante la entrega de los premios, que ha sido una labor «ardua» y se han visto obligados a «tirar de calculadora para poder clasificar y otorgar los premios».

Pablo Lanaspa se graduó el año pasado en Ingeniería Informática y, antes de defender su trabajo Fin de Grado, le contrataron en Telefónica. Lanaspa pensó que merece el reconocimiento por su iniciativa al participar en «varios proyectos fuera de las aulas» o por su trayectoria internacional ya que en su tercer curso colaboró con «la Agencia Espacial Europea».

En el caso de Irma Inaz, es una guardia civil que a sus 38 años finalizó sus estudios de Magisterio en Educación Infantil «con matrícula de honor». La incertidumbre le acompañó hasta el momento en el que le comunicaron la noticia. «Es una alegría muy grata porque se valoran aptitudes sociales y eso tiene mucha labor para mí, como maestra que soy», corroboró.

El biotecnólogo, Héctor García, supo de su condecoración durante una charla, en un instituto, «para explicar qué es la biotecnología y de repente leí un correo y lo asimilé cuando llegué a casa porque no me lo creía»

Pablo Riera, graduado en Historia, obtuvo el reconocimiento en Arte y Humanidades e, Ignasi Bofill, en Veterinaria. No pudo asistir al acto, y su madre recogió el premio en su nombre. Bofill se encuentra en Brasil cursando un máster, tras participar en diversos proyectos de investigación.

El presidente del Consejo Social concluyó el acto al subrayar la capacidad de estos jóvenes para «poder acometer, con éxito cualquier tarea que emprendáis, el día de mañana». Además, calificó a los premiados como «un ejemplo a seguir» para los universitarios, así como «una esperanza para la sociedad».