Los trabajadores de los servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza se resisten a dejar de recordarle al teniente de alcalde de Acción Social, Roberto Fernández, que se está equivocando siguiendo una política que consideran "totalmente errática, reactiva e improvisada". Por eso le piden que renuncie a ella, sobre todo a través de instrucciones como las que dio a finales de enero en las que instaba a estos empleados a dar prioridad a las solicitudes de ayudas de urgencia que llegan sobre alimentación y vivienda.

A través de un manifiesto le xplicaron que "el reglamento municipal que regula las ayudas de urgencia las define como prestaciones destinadas a resolver situaciones de emergencia que afectan a personas o familias a las que sobrevengan situaciones de necesidad en las que se vean privadas de los medios de vida primarios e imprescindibles, siendo su finalidad dispensarles una atención básica y urgente en el momento en que ellas se produzcan".

"Entendemos que la instrucción que se remitió a los centros munipales de servicios sociales contradice dicha definición, supone en la práctica un recorte en estas ayudas ya que limita el acceso, la cuantía y periodicidad de las mismas, a la vez que elimina otras (prótesis, salud bucodental, salud óptica, farmacia, entre otras)", explicaron.

Los trabajadores, por otra parte, explicaron que consideran "incomprensible" que se anuncie "a bombo y platillo medidas como la reserva de viviendas de alquiler para familias desahuciadas, mientras en paralelo impone restricciones en las ayudas concebidas para evitar dichos desahucios". O que se aluda "a la situación de emergencia social para lanzar programas de corte asistencialista como Zaragoza Redistribuye mientras se limitan las ayudas a conceder por este concepto". O para gas y electricidad, o las sanitarias que se suprimen "bajo la falsa justificación de que están cubiertas por otros sistemas de protección social".

Mientras, desde CHA, el concejal Carmelo Asensio rechazó que se limiten las ayudas de asistencia médica y de gastos de vivienda porque "estamos hablando de necesidades tan básicas como ayudar a personas con problemas de visión a que se puedan comprar unas gafas con las que poder ver pero que no tienen recursos para adquirirlas".