La corporación del Ayuntamiento de Huesca se unió ayer para condenar y rechazar las agresiones sexuales tras la denuncia presentada el pasado domingo. Lo hizo con un minuto de silencio a las puertas del consistorio tras el que el Gobierno, tras la polvareda suscitada con Cambiar Huesca que acabó con su salida, la semana pasada, insistía en que el ayuntamiento no tiene la facultad de informar pero sí convocar actos como el de ayer.

Junto a los ediles allí congregados, dos mujeres vestidas de blanco y verde mostraban unos carteles que rezaban : «¿Y si me violan en San Lorenzo no hay minuto de silencio?», recordando toda la polémica suscitada por las agresiones sexuales en las pasadas fiestas laurentinas que derivó en la ruptura con Cambiar Huesca.

Se les reclamaba el mismo minuto de silencio por lo que sucedió en las fiestas. El concejal socialista Fernando Gállego insistió en que entonces «no se produjo ninguna denuncia» y que es por eso que «no se adoptaron medidas», porque la subdelegación del Gobierno en Huesca no les informó primero al consistorio de que se hubiera denunciado alguna.

La convocatoria de ayer era por la denuncia presentada el pasado domingo. Y no será la única ocasión de levantar la voz para mostrar la repulsa ante estos casos, ya que para mañana también hay otra convocatoria a las 8.00 horas en la plaza del ayuntamiento para, bajo el lema Ninguna agresión sin respuesta reiterar el rechazo. Será media hora antes de que comience el pleno municipal, en el que se ha acordado incluir, en el orden del día, la creación de una comisión de investigación que analice cómo se gestionó la información sobre las agresiones producidas en las fiestas laurentinas y determine si el alcalde actuó correctamente. Fundamentalmente porque está en cuestión si mintió o no, porque lo que se ha puesto en duda es si el socialista Luis Felipe era conocedor de que hubiera una denuncia presentada. Este acto, el de mañana, está convocado por Huesca Feminista de Huesca y 8M Aragón.

La tensión sigue latente, dentro y fuera del consistorio, con el conflicto que ha enfrentado al PSOE y a Cambiar Huesca. Y no tiene visos de acabar pronto.