El oscense Mariano Constante Campo, superviviente del campo nazi de Mauthausen y autor de varios libros sobre su experiencia, falleció recientemente en la ciudad francesa de Montpellier a los 89 años, a causa de una afección cardiaca que le mantuvo hospitalizado durante meses.

Había nacido en la localidad oscense de Capdesaso el 18 de abril de 1920. Era hijo del maestro de la escuela socialista de Riglos. La guerra le pilló con 16 años en que se alistó en Barcelona al Ejército republicano y, según decía le soltó con 25. Fue militante de las Juventudes Socialistas Unificadas. Hizo la guerra con Sampériz, el maestro de Candasnos, aunque era mayor que él. Luchó en la llamada bolsa de Bielsa a las órdenes de Antonio Beltrán, El Esquinazau.

Llegó a oficial del Ejército republicano español, uno de los más jóvenes, y se exilió al país vecino en 1939. En Francia fue confinado en diversos campos de concentración y combatió en la Línea Maginot. Tras la caída de Francia, fue capturado por los alemanes y deportado en 1941 al campo de exterminio de Mauthausen. Allí permaneció desde abril de 1941 hasta su liberación en mayo de 1945.

Organizó una red clandestina de resistencia y participó de forma activa en la ayuda a otros presos, en la coordinación política y muy especialmente en la obtención de información sobre el funcionamiento del campo. Precisamente, información facilitada por la organización clandestina española a la que pertenecía Mariano Constante sirvió de prueba acusatoria contra determinados mandos del III Reich durante el proceso de Nuremberg.

En la España franquista fue condenado a seis penas de muerte, y luego pasó cinco años en el campo de extermino de Mauthausen. Desde su liberación vivió exiliado en Francia. Recogió sus infernales vivencias en libros como Los años rojos, Españoles en los campos nazis o Yo fui ordenanza de los SS. No ocultaba su pesar por la falta de reconocimiento en España a los ex combatientes republicanos y a los supervivientes de los campos nazis. Ayerbe, el pueblo donde pasó su infancia, y al que visitaba de vez en cuando, le rindió un homenaje en junio de 2000. El Gobierno de Aragón le concedió en el 2002 la Medalla a los Valores Humanos.