Si el Pignatelli hubiera sido tres veces más grande, habría habido el suficiente número de personas como para abrazarlo para protestar por el gran parque de casinos, hoteles y campos de golf que Aliaga, Biel e Iglesias pretenden instalar en Los Monegros. Un heterogéneo grupo de personas organizó una cadena humana en torno a la sede del Gobierno de Aragón para exigir la inmediata salida del Ejecutivo autonómico del complejo de Gran Scala. Más que una sola cadena, fue triple, ya que el número de personas críticas con el modelo de desarrollo que se quiere para la comarca y con el pasado turbio de algunos de los promotores del complejo superó las expectativas.

Los manifestantes, al grito de "Marcelino dimisión", también solicitaron la ruptura inmediata del protocolo firmado entre ILD (la empresa promotora) y el Gobierno autonómico, así como el cese del vicepresidente, José Ángel Biel, y el consejero de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliaga. Con el grupo de batuka Escola de Samba da Praça animando la festiva reivindicación, así como de un grupo de animadores disfrazados de la España de pandereta berlanguiana, un buen número de personas se acercó desde la plaza del Justicia hasta el Pignatelli.

El comunicado

Rosa Arqué, una fragatina profesora de francés y miembro de la plataforma Stop Gran Scala en Monegros y Bajo Cinca, leyó un aplaudido comunidado. Algunas de las frases sonaron con contundencia: "Denunciamos desde aquí la participación activa de altos cargos del Gobierno de Aragón: el vicepresidente Biel ha actuado como portavoz y avalista de ILD (lo sigue haciendo), el consejero Aliaga como agente inmobiliario del montaje que está manchando con sus actuaciones el nombre de nuestras instituciones. Este vodevil está convirtiendo a Aragón en el hazmerreír del país, es la manifestación de una forma de gobernar basada en la prepotencia y en el todo vale. El affaire Gran Scala debe servir para la recuperación de la capacidad crítica en la sociedad aragonesa y para mejorar la salud general de nuestras instituciones". Arqué acabó exigiendo en las tres lenguas de Aragón la marcha del Gobierno de este proyecto "de perfiles fraudulentos" y que calificó como una "locura". Arqué hizo ver que en Los Monegros también hay gente que se opone y rechazó que Gran Scala sea un problema únicamente de esta comarca, sino que afecta a todo Aragón.

A pesar de que las voces que intentan minimizar el efecto opositor relacionándolo con oscuros y paranoicos intereses catalanistas y que consideran que quien se opone a Gran Scala niega el bienestar a los habitantes de Monegros, lo cierto es que en el acto hubo una destacada presencia de monegrinos. Pero también hubo representación de las comarcas turolenses.

Los organizadores calcularon que asistieron más de 3.000 personas, pero esa cifra seguro que variará hoy según los ojos que los cuenten. Lo que destacaron algunos responsables de la plataforma es que cada día crece más el número de personas que se oponen a un proyecto que calificaron de "insostenible", "fraude" y "Gran Stafa". Hubo militantes de partidos (sobre todo de IU y CHA) y los tradicionales integrantes de organizaciones y asociaciones de izquierdas y ecologistas. Pero nadie lo hizo amparado en unas siglas concretas, sino a título personal. Todo discurrió bajo el humor y la ácida crítica. Y con el canto de los célebres versos del pueblo de Villar del Río, el mejor flash-back para ilustrar el proyecto de Gran Scala:"Americanos, vienen a España guapos y sanos, viva el tronío de ese gran pueblo con poderío. Villar del Río, traerán divisas pá quien toree mejor corría, y medias y camisas pá las mositas más presumías".

Mientras, las ventanas del Pignatelli estaban cerradas, aunque había algún coche oficial en la parte de los jardines. En la Misericordia, justo al lado, una corrida de toros.