--¿Se puede dar el presupuesto de la comunidad por aprobado?

--No. Sería ridículo dar que un ley tan importante como un presupuesto se puede dar por aprobada sin debate y sin saber qué piensan el resto de grupos de las enmiendas de Podemos. Y nosotros también queremos analizar las de los demás. Es momento de desterrar la idea de que las leyes se aprueban porque hay acuerdos previos o porque hay pactos de largo alcance. El Parlamento juega un papel y hay que debatir. Hemos revisado los presupuestos y se han presentado 276 enmiendas.

--No les queda mucho margen después de haber aprobado el techo de gasto.

--Entiendo la lógica. Así es como se funcionaba hasta ahora, pero nosotros somos distintos. Vamos a analizar las enmiendas y veremos la globalidad del presupuesto; si nos parece aceptable lo aprobaremos y si no, no. Hay un condicionante importante: no aprobar estas cuentas supone prorrogar las del PP que eran austericidas.

--¿No son rehenes del hecho de que no apoyar el presupuesto obliga a prorrogar el del PP?

--No diría rehenes. Somos libres para votar lo que entendamos que es mejor para la ciudadanía, pero sí, a veces hay que elegir entre lo malo y lo menos malo. Ya nos pasó en la investidura. Sabíamos que la solución no era un gobierno del PSOE, pero era peor uno del PP. Había cosas urgentes, como parar la LOMCE. Javier Lambán es la opción menos mala. Pero no somos rehenes. Solo complica las decisiones y hace falta responsabilidad.

--¿En las enmiendas hay algo irrenunciable para Podemos?

--No tenemos ninguna enmienda irrenunciable. El debate de líneas rojas es una trampa porque pone en tela de juicio asuntos importantes para la ciudadanía por meros detalles. Hay que mirar la globalidad para tomar una decisión buena para la gente. Podría pasar que un montón de enmiendas que consideramos relevantes no sean aceptadas, y entonces votemos que no.

--¿Y la rebaja de los sueldos qué importancia tiene?

--Son cuantías pequeñas, y no entendemos la objeción. En Aragón los diputados, el presidente y los consejeros están entre los mejor pagados de España. El recorte que planteamos es modesto.

--¿Cobran demasiado?

--La ciudadanía cobra demasiado poco y no está justificada la diferencia. En la partida de los salarios hay margen para recortar sin que haya ningún problema sustancial. Son sueldos que permiten llevar una vida cómoda y holgada, y hay necesidades en Aragón que están sin cubrir. Nos permitiría crear una oficina de lucha contra la corrupción, que es importante.

--¿No entiende las críticas que les han llovido?

--No, no. Los diputados de Podemos ganamos tres veces el salario mínimo y tenemos vidas en las que no pasamos apuros. El servicio público tiene que ser eso. Me consta que los diputados y los consejeros experimentaron un incremento de su calidad de vida sustancial desde el 25 de mayo. La mayoría de los aragoneses vive con muchísimo menos que un diputado o un consejero.

--¿No hubiese sido mejor negociar el presupuesto?

--Hemos aprendido a negociar con el PSOE. Lo hicimos para la investidura, y surgió el decálogo, que ha sido incumplido. Hemos llegado a otra fase en la que preferimos hechos, que tienen que ver con que se voten las enmiendas y que se debatan. Es mejor que depender de algo que nos ha prometido el PSOE o el presidente. Ese es el nuevo paso que hemos dado. Ganamos en fiabilidad; la certeza de que son los hechos los que marcan nuestro voto final, y no las promesas. Cuando te engañan una vez la culpa es del que engaña, la segunda ya es tuya.

--¿Se sienten engañados con el decálogo?

--Bueno... Yo no diría que nos engañaron porque no nos fiábamos del PSOE. Pero han faltado a su palabra, no solo a Podemos, sino ante la gente.

--Tampoco ha pasado nada, ¿no?

--Bueno, no hemos negociado los presupuestos, que podrían haber sido mitad de Podemos y mitad del PSOE.

--¿No han influido las elecciones generales en esa negativa a negociar?

--No, no.

--¿No han pensado en términos estratégicos?

--Pensar sí. Siempre se piensa en la campaña. Tácticamente es cierto que nos interesaba alejarnos del PSOE. Pero no influyó en las decisiones que hemos tomado en las Cortes de Aragón.

--Pero lo cierto es que se han entendido en la mayoría de votaciones del Parlamento.

--Ha habido discrepancias. Pero es posible que en las leyes más importantes hayamos coincidido. En la reestructuración de la deuda de las empresas, por ejemplo, nos abstuvimos.

--Incluso el PSOE admite que está resultando más fácil de lo esperado llegar a acuerdos.

--Es que hay una cierta mitología respecto a los diputados de Podemos. Se han instalado ciertas calumnias sobre nuestra forma de entender la vida o la economía, y no son verdad. Hay que hacer las cosas diferentes, pero cuando hay que hablar ahí estamos y ejercemos la tarea con responsabilidad.

--¿Qué papel le quiere dar al Ayuntamiento de Zaragoza en su negociación con el PSOE autonómico?

--Siendo objetivos lo que hace el PSOE en el ayuntamiento resulta difícilmente explicable. Aquí se aprueban leyes de impuestos opuestas a las que proponen en la comunidad. Y lo hacen por tacticismo político.

--¿Y esto lo habla usted con Javier Lambán?

--Hemos debatido con varios miembros del PSOE la situación, pero entendemos que esos tipos de cambios de una cosa por otra entre instituciones diferentes no debería ser una práctica habitual. Por eso hemos huido de planteamientos de este tipo.

--Usted sí lo hizo con el presupuesto.

--Lo que dije es que la situación en el ayuntamiento nos hace desconfiar del PSOE. Y creo que es verdad.

--Pero era un toque de atención, una manera de presionar.

--Bueno, que la principal ciudad de Aragón tenga problemas de gobernabilidad por el comportamiento de una parte concreta del PSOE es malo para la ciudadanía. Los socialistas en el consistorio protegen con sus políticas a los que más tienen y nosotros no estamos de acuerdo. Y es algo, creo, que no le gusta al presidente de Aragón. Vemos incoherencias, desconfíamos.

--Alguna responsabilidad tendrá el alcalde. Lambán le acusó de insultar a los ediles del PSOE.

--Conociendo a Pedro Santisteve me resulta imposible que sea capaz de insultar. El alcalde lo está haciendo estupendamente, y encima con la poca ayuda del PSOE, que después de la investidura se ha dedicado a aliarse con Ciudadanos y el PP. Pone palos en las ruedas. La responsabilidad que Podemos está demostrando en el Parlamento, el PSOE no la ejerce en el consistorio. Cuando el alcalde tenga la crítica constructiva y no destructiva podemos ver cosas maravillosas.

--Entonces, ¿lo que suceda en el ayuntamiento no condicionará su postura en el Parlamento?

--No. Votaremos las leyes en función de su contenido.

--¿Entrarán en el Gobierno?

--No. El PSOE no se ha renovado, sigue funcionando de esa manera clientelar en buena medida, y utilizando las instituciones públicas, en parte, para fortalecerse internamente y mantener su estructura.

--¿No es contradictoria esta crítica con el apoyo al Gobierno?

--No.

--¿Si tan malos son por qué les apoyan?

--La otra opción es el PP o convocar elecciones. Queremos un Gobierno del cambio, que solo lo puede representar Podemos. Preferimos esperar porque este Gobierno no es el del cambio.

--¿La valoración del Gobierno de Lambán es negativa?

--Sí, negativa.

--¿Lo suspende?

--Sí, sí, claro. Es mejor que uno del PP, pero la valoración es negativa. Era ilusorio pensar que un Gobierno liderado por un partido cuya cúpula lleva décadas haciendo las cosas de una manera, y no se ha renovado, iba a liderar cambios. Le dimos un voto de confianza a Lambán para que estuviese a la altura de los tiempos, y no lo ha hecho. Claro que le suspendemos.

--En cambio, dijeron que el presupuesto del Gobierno estaba teñido de morado.

--Bueno, es algo cosmético. Cuando hemos empezado a rascar hemos visto 276 lugares en los que se podía mejorar. Por eso no son nuestros presupuestos. Es cierto que ha aumentado el gasto social: todo tiene una pátina morada en estos tiempos.

--¿Y ustedes hacen autocrítica?

--Permanentemente. No hemos sabido prever el poder que tiene el Ejecutivo. Pensamos que desde la Cámara tendríamos las capacidades para ejercer un control férreo del Gobierno, y se han conseguido muchísimas más cosas de las que logra la oposición. Hemos explorado los límites del Parlamento aragonés. Pero las posibilidades para hacer política desde el Parlamento son mucho menores de las que imaginábamos. Le tendríamos que haber pedido más al PSOE para tener el poder que tiene un Ejecutivo.

--¿Ve posible un pacto PP--PSOE?

--No lo podemos descartar. Los poderes fácticos son plenamente conscientes de que el Ejecutivo tiene un poder más importante que el Parlamento. Y eso puede empujar a una parte del PSOE a tomar la decisión de investir a alguien del PP. Viendo lo que ha ocurrido en la Mesa del Congreso puede pasar cualquier cosa.

--Ambas cuestiones no tiene por qué estar vinculadas.

--Es un precedente: un acuerdo a puerta cerrada entre Ciudadanos, PSOE y PP. Quizás ya está todo precocinado y las dudas del PSOE sean postureo.

--¿Y no hay postureo en Podemos con niños y lágrimas en el Congreso?

--No, no. A Pablo Iglesias lo he visto llorar. Se emociona. Y Carolina siempre está con su niño.