El hombre acusado de matar a su padre la víspera de Reyes en Teruel, Jesús Gracia, se ha declarado culpable y ha pedido "un millón de perdones a toda la familia" durante su declaración en el juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia Provincial de Teruel.

Un jurado popular juzga hoy a este hombre, que ha reconocido desde el principio que apuñaló a su padre con una navaja en el domicilio familiar que compartían sin que al parecer mediara discusión alguna, según el relato de los testigos: la mujer de la víctima y madre del acusado y un sobrino de éste.

A preguntas del fiscal, Gracia ha vuelto a reconocer la autoría de los hechos y ha respondido afirmativamente ante la pregunta de si estaría dispuesto a aceptar 15 años de cárcel.

Gracia ha contestado de manera escueta a las preguntas del fiscal y solo se ha extendido cuando la abogada de la defensa le ha preguntado si se arrepentía de los hechos: "Desde medio segundo después de que ocurrieran -ha dicho- estaré, estoy y sigo estando arrepentido de lo que hice. Pido mil, un millón de perdones a toda la familia".

En vista de la declaración del acusado, tanto el fiscal como la acusación particular han renunciado a parte de las declaraciones previstas, entre ellas la de la mujer de la víctima.

Sí que ha comparecido el sobrino del acusado y nieto de Jesús Gracia, presente en la vivienda cuando ocurrieron los hechos, quien ha relatado, a preguntas de la acusación particular, cómo transcurrió la tarde de la víspera de Reyes en la vivienda que compartía el acusado con sus padres.

El sobrino ha explicado que se encontró a su tío en el portal de la casa donde el acusado estaba fumando un cigarro y hablando con una vecina y le esperó a subir juntos a la vivienda.

Allí compartieron un roscón de Reyes que Gracia había comprado mientras el sobrino ayudaba a su abuelo en unas gestiones con el teléfono móvil.

En un momento en el que se giró a hablar con su abuela, siempre según su relato, al volver la cabeza vio a su tío echado sobre su abuelo. Ha declarado que entre su abuela y él mismo intentaron evitar que siguiera agrediendo con una navaja a la víctima, hasta que finalmente el sobrino pudo quitar el arma al acusado y avisar después a su padre y llamar a Emergencias.

A preguntas de la acusación, el sobrino ha dicho que el comportamiento de su tío no hizo presagiar lo que iba a ocurrir.

Tras él han declarado varios agentes policiales que acudieron al lugar de los hechos y los agentes que instruyeron el caso, entre ellos un inspector que ha asegurado que el acusado "podía ser consciente de los hechos".

Esa es la cuestión que habrá que dirimirse para establecer la sentencia final, después de que el propio acusado se haya declarado culpable, según ha apuntado la abogada de la defensa, Concha Lasarte.

"Lo que se está juzgando es el grado de imputabilidad" de Jesús Gracia, de quien los informes periciales médicos han dictaminado que padece una "discapacidad mental leve", así como otros trastornos, a los que hay que sumar el consumo de drogas y alcohol durante años, ha recordado la letrada en el juicio.

"Si bien no justifica lo que haya podido hacer, hay que tenerlo en cuenta", ha dicho, además de que carece de antecedentes penales y que en todo caso, no mató a su padre de manera premeditada.

La abogada pide la libre absolución si se atiende la eximente completa, o si no incompleta o con atenuantes por su capacidad mental.

Por su parte, la acusación pide 20 años de prisión por un delito de asesinato con agravante de parentesco y 26 años de alejamiento y prohibición de comunicarse con la familia.

El fiscal, Benito Soriano, ha dicho que a la luz de las pruebas actuales "el acusado es imputable", aunque se mostraba abierto a llegar a algún acuerdo para aceptar la pena mínima de 15 años.