Los alumnos que se pelearon en los alrededores del colegio Marianistas de Zaragoza habían iniciado sus disputas a través de Tuenti, una de las redes sociales que hacen furor entre los adolescentes españoles. El resultado fue un joven de 15 años, R. P., herido con doble fractura de tibia y peroné y traumatismo craneoencefálico.

Tras el incidente, la noticia corrió como la pólvora en este centro concertado, en el que ayer era el tema de conversación entre todos los jóvenes. Todos había oído algo de lo ocurrido. Aunque pocos tenían datos concretos o querían hablar. El miedo a posibles represalias cundió entre el alumnado. A pesar de ello, algunos de los que presenciaron los hechos, amigos de la víctima, sí quisieron narrar lo sucedido. No así la dirección de Marianistas. A lo largo del día de ayer fue imposible contactar con los responsables para que diesen su versión de los hechos.

Tal como adelantó EL PERIÓDICO, la refriega entre los estudiantes tuvo lugar el jueves por la tarde, una vez concluídas las clases. Según informaron ayer varios alumnos de Marianistas, a la salida del colegio, un grupo de jóvenes de Jesuitas esperó al alumno herido. Dada la cercanía del centro, decidieron irse bajo el puente del tercer cinturón, donde dos chavales, el que posteriormente resultaría herido, y otro de Jesuitas se enzarzaron en una palea. "Duró más o menos un cuarto de hora. Los dos se pegaron, pero nuestro compañero era más fuerte", explicaba ayer por la mañana uno de los mejores amigos del joven de Marianistas.

Golpes aparte, la trifulca no tuvo mayores consecuencias. Una vez terminada la pelea, el alumnos de Marinistas regresó de nuevo a las instalaciones de su centro, para recibir clases de saxofón, apuntaron ayer algunos de sus colegas. Fue entonces, ya en el colegio concertado, cuando el joven de Jesuitas aprovechó la distracción del de Marianistas para empujarlo contra un vehículo que en esos momentos abandonaba el recinto. "Se dio un buen golpe con la cabeza contra el coche y cayó al suelo. Perdía bastante sangre y empezó a tener convulsiones. Todos estábamos muy asustados. Cuando despertó decía que no recordaba nada de lo que había pasado. Le preguntamos por el año en el estábamos y dijo que en 1900. Yo mismo llamé a la Policía y vino un coche", subrayó casi entre lágrimas un amigo del estudiante herido. Él mismo reconoció no haber podido dormir después de este incidente. "Lo de ayer fue muy fuerte. Mi madre y la suya son amigas. Vino a recoger a su hijo llorando, alarmada por lo acurrido". El estudiante herido, que cursa 4° de Educación Secundaria, fue operado ayer mismo en el hospital Miguel Servet, donde permanece ingresado.

Sobre todo porque, según algunos alumnos, uno de los profesores del colegio, que detectó la presencia del grupo de estudiantes de Jesuitas, intentó calmar los ánimos. "Por eso nos fuimos lejos, bajo el puente. Allí el tutor no podía hacer nada", reconoció uno de los que presenciaron la reyerta.