La Policía continúa buscando al hombre que, el pasado lunes por la noche, hirió a otro con dos disparos en Torrero. Las heridas de la víctima, un ecuatoriano de 20 años --el agresor, identificado, es un colombiano de la misma edad-- hicieron pensar en un primer momento a los investigadores que se trataba de un arma de fogueo, dada la quemadura que le produjo en el labio. Sin embargo, al trasladarle al Miguel Servet comprobaron que en la herida del brazo el joven ecuatoriano sí que tenía alojado un proyectil. Al parecer, el fugado habría trucado el arma para que pudiera disparar munición real.

Las causas de la agresión, que tuvo lugar a las 22.15 del lunes en la calle San Marcial, todavía no han sido aclaradas. Sin embargo, la Policía sí ha descartado la hipótesis de que fuera un enfrentamiento entre bandas latinas. Entre otras causas porque, según los primeros interrogatorios, el agresor fugado estaba solo y el herido iba con un único acompañante.

Ayer, uno de los propietarios de una cafetería de la calle Fray Julián Garcés desmintió las primeras especulaciones de algunos vecinos, que apuntaban el lunes por la noche a que el joven colombiano fugado había buscado refugio en el establecimiento. Según relató, el despliegue policial en la zona --que ayer por la mañana era la comidilla de los vecinos-- se debía a que el agresor vivía en ese mismo bloque.

Por ello, el dispositivo policial rodeó el edificio, próximo a la plaza de las Canteras, e impidió a varias personas salir de los bares y los edificios por seguridad, durante un tiempo. Según explicó el hostelero, una vecina que salía con el coche de un garaje próximo incluso sufrió una crisis de ansiedad al verse de repente interceptada por los agentes, y tuvo que ser atendida por una ambulancia del 061.

Al cierre de esta edición, la Policía continuaba con sus pesquisas para tratar de encontrar al colombiano fugado y el arma que utilizó.