Los sindicatos implicados en la Administración de Justicia no perdieron ayer oportunidad de renovar sus protestas y su petición de dimisión para la directora general María Ángeles Júlvez, a la que acusan de falta de voluntad negociadora y diálogo. Ayer lo hubo, ya que Júlvez se acercó hasta la decena de manifestantes concentrados ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, antes de entrar a la apertura del año judicial que allí se celebraba.

Otra cosa es que esta conversación tuviera algún fruto. Los representantes sindicales le insistían en que no quería reunirse con ellos y le reprochaban medidas como el recorte de complementos para los funcionarios de los juzgados de violencia de género. Mientras ella les recordó que no han acudido a las dos últimas mesas sectoriales a las que han sido convocados.