Los agentes de la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza capturan cada verano los ofidios que se cuelan en propiedades privadas, en parques y otras zonas ajardinadas de Zaragoza.

Este año, el equipo de profesionales ha recogido ya 12 culebras. Una tomaba la fresca el 1 de junio a la sombra de un árbol de la avenida Compromiso de Caspe. Otra se paseó el 2 de junio por los baños de la ciudad de la Justicia. Una tercera se coló el día 13 de ese mismo mes en el maletero de una familia de Las Fuentes que se disponía a marchar de viaje el fin de semana. Y lo mismo con el resto de las serpientes, que se presentaron en la ciudad y provocaron más de un susto a viandantes y vecinos.

No obstante, lo más común es que aparezcan en terrenos y solares con vegetación y en zonas próximas al campo. Como ocurrió recientemente en Maella, que se coló una en un dormitorio, o en Borja.

Mantener la calma

"En los barrios de las afueras de la ciudad, donde hay mucho monte, no es raro", apuntan desde la Unidad Verde. "Cuando vamos al campo, si se meten debajo de las chapas del vehículo, ya las has traído", añaden. A pesar de la alarma que puedan generar estos reptiles, no hay más este verano que otros. "Es la misma tónica que otros años", dicen desde la diputación provincial y suscriben los bomberos.

Las especies más comunes en Aragón son la culebra de escalera, la de agua y la bastarda. Superan el metro de longitud y, aunque muerden, no revisten gravedad, dado que no son venenosas como sí lo son algunas víboras que viven en el Pirineo.

"Las tres especies son autóctonas, por lo que es muy interesante su protección", manifiesta Alberto Esteban, jefe de la Unidad Verde. "El mensaje es siempre tranquilizar a las personas ante los encuentros esporádicos con estos ofidios. Son animales beneficiosos, ya que en su dieta mantienen principalmente roedores, pequeñas aves y pequeños invertebrados", dice.

Aunque es cierto que su presencia en los núcleos urbanos puede resultar incómoda. "Son reptiles solitarios, que se asustan de la gente y no son animales que ataquen ni se dejen ver. Están escondidos en zonas con humedad y sombra, por ejemplo en tuberías, porque buscan agua. A lo mejor llevan varios días sin comer y están despistados, por eso aparecen en lugares que ilógicos", señalan los bomberos. Por su parte, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) dispone de un kit especial para capturar estos animales. Con él recogieron tres serpientes el año pasado y ya han capturado a dos culebras de escalera este año. Algunas se devuelven al campo y otros se llevan al centro de La Alfranca.

Lo mejor ante los encuentros con ofidios es mantener la calma. Son unos inquilinos más en la ciudad. Pasan el invierno hibernando y cuando suben las temperaturas reactivan su actividad fisiológica. "Una explicación profesional puede ayudar a convivir y a tolerar a estos animales de fauna silvestre", remarca Esteban.