La diputada socialista por Zaragoza Susana Sumelzo ha arropado hoy al candidato a secretario general del PSOE Pedro Sánchez en la presentación de su candidatura en la capital aragonesa, donde ha dicho que ha vuelto a sentir el pulso del socialismo "más vivo que nunca".

En una sala "llena de corazones socialistas" -alrededor de quinientos según la organización, aunque otros tantos han podido quedarse fuera por motivos de aforo y llegar a mil las personas que han respondido a la llamada de Sánchez-, Sumelzo ha hecho de telonera y ha dicho que la militancia es "imparable" y percibe que tiene ganas de "construir un proyecto común que sirva para transformar España".

Sin ganas de hurgar en las heridas, porque eso es "desagradable", se ha reafirmado en su orgullo de "haber cumplido" y de "haber dado un rotundo no a un gobierno de Mariano Rajoy" cuando se votó su investidura.

También de haber formado parte de la ejecutiva que lideró Pedro Sánchez, porque "intentó liberar y diseñar un PSOE que fuese capaz de alcanzar los retos del siglo XXI, de ser transformador por fuera y por dentro".

Un proyecto que "se vio interrumpido" hace cuatro meses, cuando la gestora tomó las riendas del partido tras la dimisión del propio Pedro Sánchez, pero que renace "con más fuerza y madurez".

Y que debe de tener un "apellido común" y aglutinar a todo el mundo "bajo el mismo paraguas".

Ha pedido a quienes respaldan el proyecto de Sánchez que respondan con una propuesta a cada menosprecio, con una idea a cada calumnia y con cohesión y unión a cada rumor infundado.

Sumelzo estima que no se puede vivir del pasado ni recrearse en él, porque la sociedad "reclama nuevos retos" y al PSOE le cuesta construir "un mensaje propio y nítido que enganche con los ciudadanos.

El motivo, ha apuntado, es que los socialistas perdieron credibilidad y coherencia, justo lo que a su juicio representa Pedro Sánchez.

Para recuperar la esencia socialista, Sumelzo cree que el PSOE tiene que volver a la calle, y volver a tener presencia en las universidades y los centros de trabajo. "Se acabó el tiempo de los grandes laboratorios de ideas", ha zanjado.