Los problemas se acumulan en la línea del Canfranero. Ayer un nuevo suceso vino a agravar el abandono que padece esta anticuada infraestructura, en la que, desde que empezó agosto se han sucedido un descarrilamiento y una avería del material rodante. El último incidente tuvo lugar en un paso a nivel señalizado pero sin barreras a la altura del pueblo de Rapún, a las afueras de Sabiñánigo.

En ese punto, un convoy que se dirigía hacia Canfranc arrolló un turismo en cuyo interior viajaba un matrimonio con sus dos hijos. Afortunadamente, debido a que el tren circulaba a poca velocidad, el impacto no fue demasiado fuerte y se saldó con un solo herido leve, el padre, que fue llevado al hospital de Jaca, al tiempo que los otros tres miembros de la familia quedaron en observación en el mismo centro sanitario. El accidente se produjo a las 11.54 horas, en el kilómetro 89,5 de la línea ferroviaria.

En el momento del siniestro viajaban en el tren nueve pasajeros que pudieron continuar el viaje en dos taxis fletados por Renfe. El tráfico quedó interrumpido mientras se comprobaba el estado de las vías.

SIN FECHA De todas formas, debido al descarrilamiento de un tren cargado de cereal la semana anterior cerca de Castiello de Jaca mantiene la línea cerrada a partir de Sabiñánigo.

Fuentes de Adif señalaron ayer que ya se han retirado de las vías seis de los ocho vagones que quedaron fuera de los raíles y que ahora los trabajos se centran en extraer la séptima tolva, que se halla dentro de un túnel y que va cargada de maíz.

De momento, según el responsable del mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias, todavía no se sabe cuándo se podrá reabrir al tráfico el tramo entre Sabiñánigo y Canfranc, una zona que, pese a su escasa utilización, ha sido pródiga en accidentes estos últimos años debido a su antigüedad, su tortuoso trazado y su deficiente estado de mantenimiento.