El brote de sarampión que se ha declarado en varios países europeos ha llegado a Aragón. No es preocupante, pero desde mediados de marzo se han confirmado 20 casos; en los últimos años eran uno o ninguno y en el 2006, de especial incidencia, solo fueron cuatro. Desde la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón explican que, aunque no se puede anticipar cómo va a evolucionar el brote, la comunidad está lejos de otras como Andalucía, donde ya se han declarado casi mil casos. Y España a su vez está lejos de países como Francia, con más de siete mil casos este año.

Lo que sí se sabe es que en Aragón ha habido 20 casos en dos meses y medio, todos ellos en la ciudad de Zaragoza y municipios cercanos y que existen dos cepas distintas del virus. Se desconoce de dónde ha venido, pero en otras comunidades se señala como fuente a los viajeros llegados de países vecinos como Italia, donde la vacunación no está generalizada; en Italia se declaran unos 10.000 casos anuales.

POBLACIÓN DE RIESGO Según Luis Gascón, técnico de Salud Pública de la DGA, en Aragón se asume como población de riesgo a los nacidos entre 1971 y 1985. Los más mayores se consideran inmunizados ya que hasta esa fecha la enfermedad la pasaban prácticamente todos de niños, cuando no resulta peligrosa, excepto en recién nacidos. Los más jóvenes conocieron ya niveles de vacunación similares a los actuales, que superan las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (95%), con más de un 99% de vacunación.

Precisamente en esta franja de edad se han dado la mayoría de los casos de contagio de este brote. A diferencia de en otras comunidades, no han sido casos graves y no han requerido hospitalización. En la vecina Cataluña, por ejemplo, un tercio de los 115 casos han requerido internamiento por complicaciones respiratorias.

PREVENCIÓN A pesar de que no existe una gran preocupación en las autoridades sanitarias, sí se ha activado un plan de contención para evitar que el brote vaya a más. Así, el pasado 17 de mayo se emitió una circular para los profesionales sanitarios advirtiendo de la situación y dando una serie de advertencias y pautas para extremar la vigilancia. Y es que, como recordaba Gascón, la enfermedad no es peligrosa en principio, pero sus complicaciones sí pueden llegar a serlo.

El plan incluye el aislamiento del enfermo y, si es necesaria, la vacunación de su círculo más cercano, para atajar la enfermedad. "En los casos que tenemos confirmados no hemos podido ligar a unos con los otros, por lo que es difícil parar el brote", explicaba el técnico. En la circular se hace especial hincapié en el propio personal sanitario, que deberá controlar que los pacientes sean atendidos por sanitarios inmunes al sarampión, por haberlo pasado o estar vacunados. Otra de las instituciones a las que se dirige el plan de prevención son las organizaciones laborales, ya que son "las puertas de entrada al sistema sanitario".

Con estas medidas esperan cortar este brote de sarampión que por el momento, afortunadamente, se está dando de forma "escalonada", no explosiva, de ahí que al contrario que en otras comunidades no se haya hecho un llamamiento a la población de riesgo para que acuda a vacunarse, pero sí a los profesionales para que tengan los ojos abiertos... y las vacunas preparadas.