El último desafío, el último duelo, la última vez en la que Chris Froome y Alberto Contador se verán frente a frente, comienza hoy en un lugar atípico, porque la Vuelta se ha vestido de Tour y ha emigrado a Nimes, con sus famosas Arenas, sus monumentos romanos y siempre con Barcelona en el corazón. La ronda española del 2017 empieza hoy con una contrarreloj por equipos (a partir de las 17.00 horas por La 1 y Eurosport).

«En el Tour tomé la decisión de la retirada y ya no hay marcha atrás, sea cual sea el resultado deportivo. Quería despedirme en el lugar más apropiado y no era otro que la Vuelta», reconoció ayer Contador, que quiso dar a Vincenzo Nibali y a Froome como principales favoritos en una carrera que ha recuperado la salud, que cuenta con patrocinadores y con las principales figuras. Y todo ello gracias a formar parte de la nómina de carreras de ASO, la empresa parisina que gestiona el Tour y otros eventos deportivos como el Dakar.

Porque además de Froome («tiene el mejor equipo de todos», según el comentario de Contador), del corredor madrileño y de Nibali -el único de los grandes favoritos que no disputó el Tour, por lo que llega más fresco a la prueba- la Vuelta 2017 cuenta con ciclistas fantásticos como Fabio Aru y Romain Bardet.

LAS FUTURAS ESTRELLAS

Hoy empieza una ronda española en la que quieren levantar la mano y reivindicarse como futuras estrellas del pelotón mundial dos perlas con menos de 24 años como son el catalán Marc Soler (Movistar) y el mallorquín Enric Mas, que corre en el Quick Step que se presenta con otro catalán, David de la Cruz, como jefe de filas en su último gran servicio a la escuadra belga antes de convertirse el año que viene en ayudante de Froome.

Y será una ronda española que este año pasará de largo por Aragón pero que sí que pasará por Cataluña (el martes hay llegada en Tarragona) después de visitar a Andorra y subir fugazmente a los Pirineos, una Vuelta que vuelve a apostar intensamente por la montaña, con cuestas marca de la casa como Xorret de Catí o Cumbres del Sol, en la localidad alicantina de El Poble Nou de Benitatxell, y la presentación de los inéditos Los Machucos, en Cantabria, donde el porcentaje alcanza el 26%. Una auténtica bestialidad, según los corredores y técnicos que han ido a comprobar la dureza de esta subida. Y, por supuesto, el Angliru, a un solo día de Madrid, donde la organización quiere que se decida la clasificación general.

Tampoco se olvida la Vuelta de las cumbres andaluzas: Calar Alto (Almería), La Pandera (entre los olivos de Jaén) y Sierra Nevada (Granada), con apenas 120 kilómetros, perfectos para que Contador la líe como hizo en el 2016 en circunstancias parecidas en la Vuelta o el mes pasado en el Tour, camino de Foix junto a Mikel Landa, ausente de la ronda española porque corrió también el Giro y porque no todo puede ser perfecto en tres semanas de competición. Curiosamente, a pesar del dibujo montañoso de la prueba, la Vuelta presenta en Logroño la contrarreloj más larga que se ha diseñado este año en las tres grandes, puesto que los 42 kilómetros superan a las cronos que se celebraron en el Giro y en el Tour.

Será también la Vuelta del debut de un aragonés, el oscense Jorge Arcas, que se estrena en una grande en su segundo año como profesional en las filas delMovistar. Y una Vuelta que no teme por la seguridad. Javier Guillén, director, mostró su «plena confianza» en los Cuerpos de Seguridad de Francia, Andorra y España, los tres países por donde pasará a partir de este sábado la 72 edición de la Vuelta. «El dispositivo de seguridad ya era altísimo en Francia, pero se ha reforzado es este país, así como en Andorra, mientras que en España existe alerta 5. Confiamos plenamente en los Cuerpos de Seguridad de los tres países», dijo Javier Guillén.

Llega la Vuelta, a partir de hoy, cargada de figuras, con el espectáculo en el guion y con el deseo de que ninguna locura externa la fastidie ni haya otro Samuel Sánchez que dé positivo.