Ocho puntos de 24, 10 de diferencia con el líder, y estar situado 16° colocan al Chelsea en una situación inadmisible para un club de esa dimensión. A sus fans no les queda otro remedio que agachar la cabeza mientras ni el club ni el técnico dan síntomas de la humildad que podría esperarse.

"El club quiere dejar claro que José sigue teniendo todo nuestro apoyo", escribe el Chelsea en su web. Esa es la primera línea de las cuatro con las que despacha lo que, para muchos de sus aficionados, es una crisis preocupante que le amarga la existencia. Consumida una quinta parte del campeonato, el club parece haberse despedido de revalidar el título. La idolatría que le profesa gran parte de Stamford Bridge empieza a resquebrajarse. No la confianza de Roman Abramovich con el entrenador que le ha dado las mayores alegrías (excepto la Champions que le brindó Di Matteo).

"Como ha dicho el mismo José, los resultados no han sido lo suficientemente buenos y las actuaciones del equipo deben mejorar. Sin embargo, creemos que tenemos al técnico adecuado para darle la vuelta y que tiene al equipo con el que conseguirlo", es el argumento del breve texto. No solo reafirma a Mou, sino que le convierte en el portavoz más cualificado ante la opinión pública. Así que es lo que Mourinho dice. Y esto dice: "El Chelsea no puede tener mejor entrenador que yo".