Ilias Fifa llegó a ser considerado un ejemplo por su espíritu de superación y los contratiempos vitales que tuvo que superar antes de salir adelante. Después de proclamarse campeón de Europa por una milésima en Amsterdam 2016 ante su amigo Adel Mechaal -otro atleta que huyó de Marruecos en busca de una vida mejor-, Fifa se fotografió con toda la escuela de atletismo de Santa Coloma ante los ojos admirados de los niños.

No era para menos. Nacido en Tánger en 1989, aún menor de edad entró en territorio español en el 2006 escondido en los bajos de un camión procedente de Marruecos. Sus primeros tiempos en Cataluña fueron muy duros. Ingresó en un centro de menores de Santa Perpétua de Mogoda, y pasó después por otros centros de emigrantes antes de vivir en un piso tutelado por la Generalitat (Mechaal lo tuvo más fácil porque su padre trabajaba de albañil en la Costa Brava y reclamó la reunificación familiar).

Fifa trabajó como ayudante de cocina en restaurantes, de mozo de almacén en Mango y, finalmente, limpiando aparcamientos. Sus aptitudes atléticas ayudaron en la integración de Ilias, que recibió los primeros consejos de la entrenadora Esther Rodríguez en la Agrupación Atlética Cataluña. Después ingresó en el Barça, su actual club. Con la nacionalidad española desde julio del 2015, Fifa no atendió la llamada de la federación de Marruecos y se decantó por representar a la rojigualda.

Cuando dejó Tánger con 17 años, su padre le dijo: «Con este apellido debes hacer algo grande». Y, paso a paso, a gran velocidad, Ilias cumplió lo que se propuso al salir de Marruecos. Hasta ayer, en que el atleta de apellido futbolístico salió detenido de su propia casa.