En el año 2009, el mundo del balonmano sufrió una pequeña sacudida. El todopoderoso Kiel iba a cambiar sus caras más conocidas. Primero había sido el técnico, Noka Serdarusic, el más laureado de la Bundesliga, quien dejaba el banquillo por desavenencias con el club. Luego fue su gran estrella, el francés Nikola Karabatic, quien quería dejar de ser un zebra tras la salida de su mentor. El Montpellier echó el resto para recuperar a su exjugador y, además de pagar un millón de euros por él, tuvo que hacerse también con otro jugador, el extremo derecho esloveno Vid Kavticnik.

Kavticnik es el mejor amigo de Karabatic y Serdarusic es el vértice de este triángulo que empezó en el 2005 y que está a punto de romperse del todo. Kavticnik despuntó muy joven en Eslovenia. De hecho, fue el jugador más joven en debutar con la absoluta de aquel país, a los 17 años. Alternaba el primer equipo y la sub-18. El Europeo del 2004, disputado precisamente en Eslovenia, fue uno de los mejores momentos de su carrera. El anfitrión obtuvo la medalla de plata en el torneo y Kavticnik fue elegido en el siete ideal del campeonato como mejor extremo derecho.

Ese mismo año sufrió una grave lesión de rodilla en los cuartos de la Recopa que le obligó a pasar por el quirófano y a forzar en una recuperación de hasta 9 horas diarias para estar en los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, lo que le pasó factura en la siguiente temporada. El zurdo se recuperó a tiempo para estar en el Mundial de Túnez y allí volvió a mostrar su mejor versión. Aquí es donde entra en juego Noka Serdarusic. Mientras España avanzaba hacia el primer y único oro de su historia, el técnico firmaba a dos jugadores para el Kiel prácticamente a la vez, Nikola Karabatic y Vid Kavticnik.

Juntos a Montpellier

A partir de entonces, la amistad de ambos no paró de crecer hasta el punto de que el destino de uno iba a estar ligado al del otro. Cuando Serdarusic dejó el Kiel en el 2008, fueron varios los equipos que intentaron hacerse con el mejor jugador del mundo en ese momento y la condición fue que Kavticnik fuese con él. El Rhein Neckar, equipo de Serdarusic, había convencido a Karabatic, pero finalmente el técnico dejó su cargo por motivos de salud y entonces apareció el Montpellier. En el 2009 ambos recalaron en el conjunto galo, que dio así un paso al frente en la Liga francesa e intentó darlo también en Europa.

El pasado mes de septiembre, el balonmano francés sufrió una sacudida de muchos grados en la escala richter. Un escándalo de supuestas apuestas ilegales que implicaba a varios internacionales y jugadores de la Liga, unos hechos que habían sucedido en mayo pero que se destapaban cuatro meses después de los Juegos Olímpicos. Karabatic y Kavticnik, que no jugaron el día del supuesto amaño, también estaban implicados, incluso estuvieron detenidos unas horas. La estrella gala parece haber sido perdonada ya, aunque todo apunta a que abandonará Montpellier en verano. Kavticnik, que no tiene el mismo estatus en Francia, también ha anunciado que su destino estará lejos de su actual casa, aunque esta vez parece que no acompañará a su amigo. De momento está en Zaragoza, disputando el Mundial después de llegar a tiempo pese a haber sufrido la rotura del cruzado el pasado mes de marzo.