En poco menos de dos meses al frente del Real Zaragoza, Manolo Jiménez no solo ha tenido tiempo de vivir en primera persona el caos que supone este club. También ha sufrido en tan poco tiempo la salida voluntaria de tres jugadores: Ponzio, Meira y, en última instancia, Antonio Tomás. Tres deserciones con una u otra justificación, pero deserciones al fin y al cabo. En el caso del centrocampista cántabro, que tiene una oferta del CSKA de Sofía, el argumento utilizado por él es que no se encuentra a gusto y bien en el Zaragoza.

No es de extrañar que el martes, poco después de que Antonio Tomás le anunciara al técnico en una brevísima conversación su intención de marcharse, Jiménez quisiera lanzar todo un aviso al resto de la plantilla. En la charla previa al entrenamiento, que tuvo una duración global de 45 minutos y en la que ya no estuvo el centrocampista, les abrió la puerta a todos en una palabras enérgicas y llenas de sinceridad y dureza, según confirmaron ayer a este diario fuentes del vestuario.

PARA HOMBRES "La situación es para hombres y como hombres hay que afrontarla", les dijo el técnico de El Arahal en el comienzo de esa charla, que no giró lógicamente toda en torno a este asunto, ya que se habló de la derrota ante el Betis. Jiménez fue duro, conciso y muy explícito. "El que esté pensando en tirarse del barco, en marcharse, que se vaya ya, por mí la puerta la tiene completamente abierta. Que nadie se sienta obligado a jugar en el Zaragoza, de una situación así no se afronta saliendo a jugar obligado", añadió Jiménez, que aún mandó un mensaje más a sus futbolistas: "El que no esté dispuesto a sumar, que no esté, para que por lo menos no reste".

El entrenador zaragocista es tan consciente como cualquier aficionado de la dificultad de la situación y ya reconoció en una emisora nacional tras el partido que el equipo tiene pie y algo más en Segunda. Sin embargo, quiere que el Zaragoza dé la cara hasta el final, que luche por salir de abajo de la forma más digna. Por eso, no dudó en mostrar la puerta de salida a Ponzio cuando éste alegó querer irse a Argentina, a River, o a Meira por las molestias que, según el portugués, le impedían rendir al máximo nivel en Primera División.

Lo mismo hizo el preparador andaluz con Antonio Tomás, sin pensárselo dos veces, más cuando el futbolista apenas entraba ya en sus planes. Y lo mismo hará si alguien más llama a su puerta con esa intención. Ha habido otros futbolistas que en los últimos tiempos también han manejado esa idea y a nadie le puede extrañar que haya otros que lo sigan pensando. Por ejemplo, Ruben Micael fue uno de los que quiso marcharse antes de comenzar el mercado invernal cuando Aguirre era el técnico del Zaragoza, aunque ahora con Jiménez es un futbolista importante y con continuidad.

LA VISIÓN DE ARANDA "Quedan aún muchos jugadores en la plantilla y no creo que se vayan ya muchos más", explicó Aranda cuando se le preguntó ayer por la salida de Antonio Tomás: "El que se quiera ir que se vaya si él cree que es para mejorar. En un equipo puede haber hasta 25 jugadores y, si son menos, no pasa nada. Mientras los que estemos vayamos al mismo ritmo y con la misma idea, vamos bien", añadió el delantero malagueño, que en todo caso no va a ser de los que deserten: "Personalmente, yo aseguro que no me voy a ir".

Antonio Tomás se despidió el mismo martes de la plantilla zaragocista y el club no hizo oficial ayer su salida porque aún queda por firmarse la documentación. El jugador renuncia a la parte del contrato que que le resta por percibir hasta junio y tiene una oferta del CSKA de Sofía. "Sí, ese puede ser su destino, pero ya se verá. De momento, nos remitimos a lo que diga el Zaragoza", señaló Eugenio Botas, su agente. El club, oficialmente, aún no ha dicho nada. Tampoco tuvo demasiado tiempo, ya que el deseo del jugador de marcharse no se conoció en la entidad hasta el lunes, antes del partido ante el Betis, donde el futbolista no fue convocado.

"Antonio Tomás se despidió de nosotros. En el poco tiempo que he tenido para conocerlo, me pareció una buena persona, un buen chaval y un buen compañero. Tomó esa decisión y, cuando uno busca el beneficio personal, creo que hay que respetarlo. Había estado lesionado, estaba jugando poco y se va por cambiar y mejorar. Le deseamos lo mejor", aseguró Aranda sobre la salida del que ha sido su compañero en el equipo zaragocista.