Si alguien tiene tiempo que coja una regla y trate de ver lo que son seis milímetros. Pues esta minúscula distancia sirvió a Kittel para imponerse en la séptima etapa ante el noruego Boasson Hagen, Como es lógico fue necesario el veredicto de la foto-finish, pues el ojo humano no era capaz de acertar sin error quién había sido el triunfador. Y si en vez de distancia se calcula en tiempo, el alemán en su 12ª victoria en el Tour sacó a su rival tres diez milésimas de segundo.

Así, entre milímetros y milésimas, se decidió la última etapa llana, de las de excesivo kilómetraje, tanto que si se llega a quitar alguno tampoco habría pasado gran cosa. Ahora llega la cita con los montes del Jura, primero en Les Rousses y después en Chambéry.