Poco antes de cerrar su cuenta de Twitter el pasado mes, Manu Lanzarote dejó algunos mensajes que agitaron al zaragocismo, todavía magullado por aquella tarde de humillación en Palamós. El catalán apuntó que todo cambió desde el partido de Soria. "Los únicos impulsos positivos fueron de la afición que creía en nosotros. Del resto, nada positivo en el último mes", escribió en un tuit, en el que ya dio a entender ciertos problemas. En otro aludió a algunas interferencias: "Creo que no se respetó a la parcela deportiva y cuerpo técnico el trabajo que estaban haciendo por volver al Zaragoza donde se merece", redactó. Ayer se ratificó en su primera comparecencia, en la que se acordó agradecido de Lluís Carreras y su equipo de trabajo.

No quiso profundizar en su opinión, aunque no se retractó. "Lo que dije quedó escrito y quien lo entienda, bienvenido; quien no lo entienda, no creo que lo entienda por mucho que yo le diga. Hay muchas maneras de respetar y de actuar. Todo lo que dije estoy plenamente convencido y me reafirmo. Estoy muy agradecido al cuerpo técnico y a todas las personas que estuvieron la temporada pasada, pero quiero pensar en positivo y representar al Zaragoza y a su gente".

Tardará en olvidarse el partido de Palamós, pese a que hayan cambiado muchas caras. "Fue un palo muy duro, pero es cosa pasada, otra etapa nueva. Representaré al Zaragoza con la misma ilusión, volver atrás no es lo más importante. Estamos aquí para avanzar todos, puede ser un reto muy bonito otra vez. Quería estar mentalmente preparado para jugar otra vez después de un duro final. Como deportista, te cambian muchas cosas de la percepción del fútbol después de ese día. A la afición hay poco que decirle, solo que ellos son el Zaragoza y lo representan de la mejor manera posible, y nosotros estamos para dar lo mejor para ellos".