—¿Recuerda su fichaje por el club en el 2013?

—Cuando me llamó el CAI prácticamente ni me lo pensé, estaba muy ilusionado por venir aquí y desde el primer momento que llegué me he sentido como en casa, me han tratado muy bien aquí y me he sentido como uno más en el club y en la ciudad. El trato ha sido inmejorable.

—¿Por qué decide venir? No era una cantera puntera.

—Porque apostaron por mí, me dijeron claro lo que esperaban de mí en el futuro y la verdad es que se han ido cumpliendo las cosas. Se lo agradezco mucho a Luis Arbalejo, que desde el primer momento me ha ayudado en mi proyección, también a Willy Villar y a todos los entrenadores que he tenido hasta ahora me han ayudado a llegar al primer equipo.Llegué en júnior de primer año, aunque ya me habían fichado el año anterior. Tuve a Pep Cargol en el filial, en El Olivar, y a Carlos Iglesias, además de a Abós, Joaquín y ahora Andreu.

—Y desde el primer momento trabaja con el primer equipo.

—Desde mi llegada siempre me han dado la oportunidad de ayudar al primer equipo y siempre he compaginado dos y hasta tres equipos a la vez en la misma temporada. Jugábamos prácticamente con los mismos sistemas pero la verdad es que ha habido semanas duras en las que me ha costado.

—Y sin olvidar las selecciones.

—Es un orgullo representar a tu país y más como en los últimos años que siempre hemos estado en posición de medallas y hemos ganado incluso dos Europeos. También doy las gracias a este y a mis anteriores clubs, el Sant Josep y el Centro de Tecnificación, porque sin ellos no hubiera llegado hasta aquí.

—¿Qué ha aprendido de los compañeros que ha tenido?

—Tuve la suerte de que cuando llegué estaba Pedro Llompart, que era prácticamente un padre para mí. Somos de la isla los dos y siempre estaba pendiente de mí, me ayudaba, me fijaba en la picardía que él tenía, todo lo llevaba bien controlado y he intentado aprender de todos los bases que ha tenido el equipo. Este año está Tomás Bellas y la verdad es que me ayuda mucho, está siempre encima de mí y me exige también en los entrenamientos. Tengo mucho que mejorar pero estoy muy agradecido por su ayuda.

—¿Ha tenido que cambiar su juego para llegar a la élite?

—Siempre tienes que mejorar. Cada jugador, en el equipo que esté, debe adaptarse al tipo de juego que pide el entrenador y es lo que intento hacer yo. Creo que lo estoy consiguiendo. Este año tengo un papel muy diferente al de los años anteriores, en los que tenía más protagonismo en el juego, por ejemplo en mi etapa júnior y también en el filial, y este año tengo que ayudar mucho más en otros aspectos.

—¿Qué le pide Andreu? Seguro que defensa para empezar...

—De eso aquí no se salva nadie (risas). Siempre está atento a todo, que no se me escape ningún detalle, siempre está con la actitud porque si no... el 90% de este juego depende de ello. Siempre pide eso, estar atentos, actitud, defensa, buscar una buena opción de tiro para los compañeros.

—Si tiene que tirar no duda.

—Él me dice que si tengo que tirar, que tire. Confía en mí y sabe que puedo tener protagonismo en ese aspecto.

—¿Los rivales se lo ponen más difícil por ser el joven?

—Sí, está claro que cuando un rival ve a un joven intenta sacarlo del partido enseguida, ponerlo nervioso. Pero creo que lo estoy mejorando partido a partido e intento ponerlos nerviosos a ellos. Antes de que me den ellos a mí intento que ellos flojeen, anticiparme un poco.

—¿Cómo le dicen que se incorpore al primer equipo?

—Siempre he estado en dinámica con el primer equipo, cada vez más. Cuando acabó la temporada pasada me llamó Andreu y me dijo que contaba conmigo para esta campaña y la verdad es que se lo agradecí mucho. He trabajado mucho este verano para llegar bien pero aún me queda camino para llegar arriba.

—¿Se considera un jugador ACB?

—Sí, sí, desde el primer momento me considero uno más. Pero los galones que uno quiera ganarse hay que trabajárselos.

—Un base tiene que mandar. ¿Le hacen caso?

—Sí, sí, tengo que sacar un poco de genio porque aquí hay mucha gente con experiencia y que un joven tenga que mandar les puede parecer un poco raro, pero la verdad es que me están ayudando mucho y no tengo ninguna queja.

—Ante el UCAM Murcia tuvo más minutos por las faltas de Bellas.

—Siempre intento estar preparado porque estas situaciones se pueden dar en cualquier partido. Cuando vi que hacía las faltas pues cogí el equipo y trabajamos como lo habíamos hecho en la primera parte, con la misma intensidad, y las cosas fueron bien. Cuando está el joven siempre se mira la puntuación negativa y positiva pero pienso que soy uno más. Sé que siempre tengo que tener el balón y controlar el juego y estar ahí para que el equipo no baje el nivel.

—Fue ovacionado.

—Hubo momentos del partido que estuve más suelto porque las cosas me empiezan a salir mejor, el equipo contrario también va bajando la intensidad y siempre ayuda que el público esté contigo y te ovacione.

—¿Quién fue la primera persona que le dijo que iba a ser un jugador de ACB?

—Desde pequeño mis padres me dijeron tú trabaja que tienes mucho talento pero tienes que trabajarlo día a día. Mis padres son los que me han dado esa confianza en mí mismo para llegar hasta aquí.

—Hay buenas generaciones, otra cosa es que los clubs apuesten.

—Y más como está la Liga, que los jugadores españoles lo tienen más complicado con los cupos y hay muy pocos jóvenes. Es de agradecer que el club confíe en nosotros y tenemos que devolver esa confianza y ojalá que en el futuro seamos nosotros los referentes del equipo y de la Liga.